(Agencias/InfoCatólica) Tras pisar suelo español y recibir el saludo de Su Alteza Real el Príncipe de Asturias, don Felipe de Borbón, el Pontífice ha agradecido primero las palabras del heredero de la Corona de España, así como «a cuantos han colaborado generosamente para que este breve, pero intenso viaje a Santiago y a Barcelona, sea del todo fructuoso».
El heredero de la Corona ha agradecido al Santo Padre que haya «querido así uniros a la multitud de jóvenes, adultos y mayores que recorren una ruta milenaria para llegar, en este Año Santo, a la imponente Catedral de Santiago». Don Felipe ha querido reiterar al Papa «nuestro enorme aprecio por Vuestro compromiso con la paz, la libertad y la dignidad del ser humano. Nos reconforta muy especialmente en los tiempos complejos y de crisis que vive el mundo».
«Con el Camino, España y Europa fueron desarrollando una fisionomía espiritual marcada de modo indeleble por el Evangelio».
El Papa, siguiendo los pasos de su antecesor, Juan Pablo II, exhortó a España y Europa a recuperar sus raíces cristianas y a que se preocupen no sólo «de las necesidades materiales de los hombres sino también de las morales y sociales, de las espirituales y religiosas».
Asimismo, se refirió a España como el país que en el siglo XX «ha suscitado nuevas instituciones, grupos y comunidades de vida cristiana y de acción apostólica y, en los últimos decenios, camina en concordia y unidad, en libertad y paz, mirando al futuro con esperanza y responsabilidad». España, dijo, movida por su rico patrimonio de valores humanos y espirituales, «busca asimismo superarse en medio de las dificultades y ofrecer su solidaridad a la comunidad internacional».
El Pontífice finalizó su saludo en el aeropuerto con unas palabras en lengua gallega para «renovar» su «cariño y cercanía» a los «amadísimos hijos de Galicia, de Cataluña y de los demás pueblos de España». «Al encomendar a la intercesión de Santiago Apóstol mi estancia entre vosotros, suplico que sus bendiciones alcancen a todos. Muchas gracias», concluyó.