(InfoCatólica) Como se han encargado de recordar a este medio de comunicación varios liturgistas, son muy claras las normas de la Iglesia Católica sobre los materiales que han de usarse para confeccionar los vasos o copones destinados a depositar las hostias consagradas para repartir la comunión a los fieles. Así aparecen en la Institutio General del Misal Romano, del año 2002:
327. Entre las cosas que se requieren para la celebración de la Misa merecen especial honor los vasos sagrados, y, entre éstos, el cáliz y la patena, en los que se ofrecen, consagran y toman el vino y el pan.
328. Los vasos sagrados se deben confeccionar con metales nobles. Si se fabrican con metales oxidables o bien menos noble que el oro, se deberán ordinariamente dorar del todo por dentro.
329. A juicio de la Conferencia de los Obispos, con decisiones reconocidas por la Sede Apostólica, pueden confeccionarse también los vasos sagrados con otros materiales sólidos y considerados nobles, de acuerdo con la común valoración de cada país, por ejemplo, de marfil, o de alguna madera dura, con tal que sean aptos para el uso sagrado. En este caso, se han de preferir siempre materiales que no se rompan fácilmente ni se corrompan. Esto es válido para todos los vasos destinados a recibir las hostias, como la patena, la píxide, la teca, el ostensorio y otros vasos análogos.
Igualmente, se reprueba el uso de materiales no adecuados en la Instrucción Redemptoris Sacramentum, publicada en marzo del 2004 por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos,
117 Los vasos sagrados, que están destinados a recibir el Cuerpo y la Sangre del Señor, se deben fabricar, estrictamente, conforme a las normas de la tradición y de los libros litúrgicos.Las Conferencias de Obispos tienen la facultad de decidir, con la aprobación de la Sede Apostólica, si es oportuno que los vasos sagrados también sean elaborados con otros materiales sólidos. Sin embargo, se requiere estrictamente que este material, según la común estimación de cada región, sea verdaderamente noble, de manera que con su uso se tribute honor al Señor y se evite absolutamente el peligro de debilitar, a los ojos de los fieles, la doctrina de la presencia real de Cristo en las especies eucarísticas. Por lo tanto, se reprueba cualquier uso por el que son utilizados para la celebración de la Misa vasos comunes o de escaso valor, en lo que se refiere a la calidad, o carentes de todo valor artístico, o simples cestos, u otros vasos de cristal, arcilla, creta y otros materiales, que se rompen fácilmente. Esto vale también de los metales y otros materiales, que se corrompen fácilmente.
Diversos sacerdotes de la archidiócesis de Barcelona han manifestado a InfoCatólica su inquietud ante la posiblidad de que en la Misa que el Papa oficiará en la Sagrada Familia no se cumpla lo que la propia Iglesia tiene establecido para estas cuestiones. Además, temen que si finalmente se usan centenares de copones de cerámica –las fuentes hablan de 300–, éstos podrían ser distribuidos posteriormente entre las parroquias de la archidiócesis, lo cual llevaría a una normalización de dicho incumplimiento de las normas eclesiales.
En la web del Monasterio de San Benet de Montserrat se puede ver el catálogo de platos y copones de cerámica que ofrecen las religiosas.