(Aica/InfoCatólica) Al concluir la “Operación San Lorenzo”, los prelados chilenos manifiestan asimismo su alegría al “ver y oír a estos hermanos mineros, a sus seres queridos, a las autoridades y a tantas personas en todo Chile, agradeciendo al Padre Dios por este regalo, por este milagro con que nos bendice”, al tiempo que valoran “el admirable esfuerzo de técnicos, profesionales y demás trabajadores, compatriotas y extranjeros, que han contribuido a la preparación y ejecución del rescate”. De un modo particular agradecen también a Benedicto XVI por “su especial cercanía y preocupación”.
Tras exhortar a seguir “orando por los 33 mineros de Atacama y sus familias”, expresan además el deseo de que “este reencuentro con la vida sea una oportunidad para que ellos y todos nosotros valoremos lo más preciado que tenemos: la vida, la dignidad de hijos de Dios, la fe, el tesoro de la familia, el valor de un trabajo justamente recompensado y en condiciones seguras y siempre dignas”.
“Estos 33 hermanos, con su testimonio de unidad y solidaridad, también nos han unido a todos los chilenos. Su fortaleza y esperanza nos invitan a trabajar juntos, como sociedad, para ir al ‘rescate’ de tantos hermanos que sufren la pobreza y marginación, buscando hacer de Chile ‘una mesa para todos’”, concluye el texto.
La declaración tiene fecha de ayer, jueves 14 de octubre, y está firmada por monseñor Alejandro Goic Karmelic, presidente del Comité y obispo de Rancagua; el vicepresidente, monseñor Gonzalo Duarte García de Cortázar, obispo de Valparaíso; el secretario general, monseñor Santiago Silva Retamales, obispo auxiliar de Valparaíso; el cardenal Francisco Javier Errázuriz Ossa, arzobispo de Santiago; y monseñor Rizardo Ezzati Andrello, arzobispo de Concepción.