(Aci/InfoCatólica) En un comunicado se señala que «en los coloquios, desarrollados en un clima de cordialidad, se habló de temas de política internacional, tales como el proceso de paz en Oriente Medio, la situación de los cristianos en varios países y la ampliación de la representación de diversas zonas del mundo en las instituciones multilaterales». Asimismo, señala el texto, «se ha tratado el tema de la importancia de la dimensión ética y social de las cuestiones económicas en la perspectiva propuesta por la encíclica Caritas in veritate»
Finalmente, indica el comunicado, «después de referirse al viaje apostólico de Su Santidad a Lourdes y París en 2008 y a la visita del Presidente Sarkozy el año pasado, se ha reafirmado la voluntad recíproca de mantener un diálogo permanente en los diferentes niveles institucionales y de seguir colaborando constructivamente sobre cuestiones de interés común».
Después de encontrarse con el Santo Padre, el mandatario francés se reunió con el Secretario de Estado Vaticano, Cardenal Tarcisio Bertone, quien estaba acompañado del Arzobispo Dominique Mamberti, Secretario para las Relaciones con los Estados.
El Cardenal Taurán pide a Dios que los inmigrantes sean acogidos
Por su parte, el cardenal Jean Louis Tauran, presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, pidió a Dios ante el presidente francés que «dé valentía y perseverancia» a los políticos franceses para que «acojan a los perseguidos y a los inmigrantes». Esta petición fue hecha en la basílica de San Pedro del Vaticano, tras el encuentro que mantuvo Sarkozy con el papa Benedicto XVI.
«Pedimos para el pueblo francés y para sus dirigentes valentía y perseverancia para que cada uno en su puesto sepa lo que tiene que hacer al servicio del prójimo, para el respeto absoluto de la vida, de la justicia, del empleo, la educación, la seguridad, el ambiente, para la acogida de perseguidos y de los inmigrantes, para una información veraz y para la paz del mundo», dijo el cardenal francés Tauran.
El cardenal pronunció estas palabras en la capilla de Santa Petronila, patrona de Francia, que visitó Sarkozy, para un «momento de plegaria», durante el que se le vio rezar el Padrenuestro.