(Agencias/InfoCatólica) Los feligreses de Westboro, una congregación radical con sede en Topeka, en Kansas, encabezados por el pastor Fred Phelps, consideran que la muerte de los soldados estadounidenses es un castigo de Dios por la homosexualidad y han participado en centenares de manifestaciones similares por todo el país.
La familia del soldado muerto demandó en 2007 a la congregación por violación de la intimidad, conspiración civil y daños emocionales provocados. Los familiares alegan que Snyder no era homosexual y los manifestantes no debían haber estado en las cercanías del entierro. “Fue inhumano. Sólo tenía una ocasión para enterrar a mi hijo y me la arrebataron”, declaró el padre del soldado, Matthew Snyder, a la prensa estadounidense.
Un tribunal de primera instancia falló en favor de la familia y condenó a la congregación a pagar 10,9 millones de dólares en concepto de compensación. Esta cantidad se rebajó posteriormente a cinco millones. La congregación apeló y un tribunal de segunda instancia falló en su favor y revocó los pagos, al considerar que los feligreses tenían derecho a manifestarse bajo la primera enmienda de la Constitución de Estados Unidos, que protege la libertad de expresión.
A favor y en contra de la familia de Snyder
El Supremo se pronunciará sobre el caso en los próximos meses. Un total de 48 estados y 42 senadores, así como asociaciones de militares y veteranos se han declarado en favor de Snyder y han pedido al máximo tribunal del país que proteja los funerales del “terrorismo psicológico” de la congregación.
Por su parte, numerosos medios de comunicación, que subrayan que no están de acuerdo con las ideas de la congregación, piden al Supremo que apoye a la iglesia baptista, al considerar que de otro modo se coartaría la libertad de expresión. Preguntado hoy al respecto, el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, declinó pronunciarse e indicó que “es algo que van a decidir los tribunales”.