(Efe/InfoCatólica) “No hay que tratarlos desde el enfrentamiento” –precisó el arzobispo emérito de Sevilla– “sino para buscar, no ya el entendimiento entre los dos gigantes que son la Conferencia Episcopal Española y el Gobierno, sino por el bien del pueblo, al que cada parte tiene que servir en el ámbito que le corresponde”.
Respecto a la nueva ley de libertad religiosa, el prelado advirtió de que “hay que temer sus limitaciones”, y en la de cuestión de los asuntos culturales ha mostrado su preocupación porque “se pretenda quitar de la historia cultural española la presencia de símbolos religiosos en la vida pública”.
A su juicio, el cuestionamiento de la credibilidad de la Iglesia radica en que la opinión que la sociedad tiene sobre ella “no se forma con los criterios objetivos de lo que esta institución hace, sino con los titulares de ciertos medios de comunicación”, de ahí que sea una de las menos valoradas en los sondeos, ha reconocido. “Menos mal que nos acompaña la clase política, pero ¿qué puede ser de un país que no confía en sus políticos?”, se preguntó.
Entre la labor de la Iglesia, el cardenal Amigo destacó la de las Cáritas Diocesanas, “que tienen más presupuesto que la administración general de las diócesis” y cuyo trabajo social es “espectacular”, pues están “dando de comer a enormes masas de personas que no tienen para ello, a las que no se les pide carné ni de ningún tipo de tendencia religiosa ni de ideas”. También subrayó la promoción del empleo que realizan las instituciones religiosas en la enseñanza o la sanidad, y hasta ha aseverado que, tras las administraciones públicas, es la Iglesia la que más puestos de trabajo crea en España.