(EP) El Papa rezó con ellos y les ha asegurado que la Iglesia Católica, además de poner en marcha medidas eficaces para la protección de los jóvenes, está haciendo todo lo posible para comprobar las acusaciones, para colaborar con las autoridades civiles y para entregar a la justicia a los clérigos y a los religiosos acusados de estos “graves crímenes”.
“Como en otras ocasiones rezó para que todas las víctimas de abusos puedan experimentar la curación y la reconciliación y consigan superar su propia angustia pasada y presente con serenidad y nueva esperanza para el futuro”, indica el Vaticano.
Tras el encuentro, el Santo Padre ha hablado con un grupo de profesionales y de voluntarios que se dedican a la protección de los niños y los jóvenes en ambiente eclesiástico.