(Norte de Castilla) El Palacio Episcopal, un edificio del siglo XVIII que alberga en su interior numerosas obras de arte de gran valor artístico, cuenta desde hace dos semanas con un nuevo morador, Monseñor Esteban Escudero, quien tomó posesión de la diócesis de Palencia el 29 de agosto. Pero las vetustas y ricas dependencias del inmueble no le aportaban la calidez que requiere un verdadero hogar, por lo que el obispo decidió hacer una pequeña reforma y establecerse en una modesta estancia, en las que ha instalado su dormitorio y su escritorio. Su apretada agenda no le ha permitido pasar mucho tiempo en su nueva residencia, ya que su interés por conocer la situación de la provincia y a sus habitantes le ha llevado a recorrerla en estos quince días casi de norte a sur. Los viajes continuarán a lo largo de este año, ya que según señala el prelado, durante los próximos doce meses quiere seguir conociendo y tomar contacto con los diferentes grupos y representantes de la sociedad palentina.
-¿A qué ha dedicado los primeros días en la diócesis tras su toma de posesión?
-El programa ha sido muy apretado porque durante los primeros quince días quise hacer una visita relámpago a toda diócesis. El primer día lo dediqué a temas sociales, con la visita a la cárcel de Dueñas, a San Juan de Dios y a San Luis. El segundo día comencé con las rutas por la provincia, donde me entrevisto con los sacerdotes de la zona, comemos juntos y después visito los monasterios que hay en los alrededores.
-Tras estas primeras tomas de contacto, ¿qué imagen tiene de los palentinos?
-Hay dos tipos de recepciones cuando una persona llega a un lugar, la de cortesía, que es a la que obliga la educación, y otro tipo de acogida que se produce cuando te sientes querido y acompañado. Yo me he encontrado en Palencia con esta segunda acogida.
-¿Y de la provincia? Porque sus primeras referencias de Palencia las encontró en los libros de Santa Teresa de Jesús...
-Sí, y también en Internet y en los periódicos, que he seguido desde que me nombraron obispo. La idea que yo tenía de Palencia era la de una tierra llana, seca y llena de campos de trigo. Mi gran sorpresa ha sido encontrarme con la vega del Carrión, la del Pisuerga o la Montaña Palentina. Palencia es bellísima, ya que tiene una variedad muy grande que no imaginaba.
-Durante este tiempo se ha evidenciado su deseo de permanecer tiempo fuera del Obispado, de estar de aquí para allá. ¿Por qué esta intención?
-Me he propuesto estar calladito durante un año y no tomar ninguna decisión, sino escuchar mucho, dialogar y conocer. Luego, evidentemente, tendré que hacer cambios o contemplar otras cosas. Vengo de un sitio distinto, de una diócesis muy urbana y esta es más rural, por lo que tengo que conocer este ambiente.
-¿Será entonces un obispo populista?
-Seré uno más, no tengo ninguna intención se exhibirme. Lo curioso es que tardo mucho en llegar a los sitios, porque cuando voy por la Calle Mayor la gente me va parando, algo a lo que no estaba acostumbrado, ya que Valencia es una ciudad anónima.
-¿Tras estas primeras tomas de contacto con la diócesis cree que ahora tiene un conocimiento más real de las necesidades de la provincia?
-Sí, ya que están siendo unos días intensísimos. Empiezo a conocer los problemas de la provincia, como la despoblación o la problemática social que hay ahora en Velilla con los mineros. Una cosa que me ha sorprendido son las tradiciones, que son muy arraigadas, sobre todo en torno a la Virgen. Otra cosa que he descubierto y que curiosamente no conocía es el románico palentino. De repente, en un pueblo de 40 habitantes te encuentras una iglesia que muchos obispos quisieran tener como catedral .
-En cuanto tomó posesión de la diócesis tuvo un primer encuentro con los representantes de las instituciones. ¿Cuáles han sido sus primeras impresiones?
-He tomado contacto con políticos de un partido y de otro, por lo que no hay ninguna distinción. Puedo decir que el común denominador ha sido una cordialidad extrema. Ciertamente no hemos tratado ningún problema, pero yo les he ofrecido una colaboración leal, conmigo no van a tener problemas de politiqueos. Y he encontrado esa misma predisposición. No voy a tomar partido por ninguno, quiero guardar mi independencia, pero al mismo tiempo quiero colaborar con las autoridades de cualquier signo.
-Una de las primeras decisiones que ha tomado ha sido ratificar a los principales cargos de la diócesis. ¿Por qué?
-Es normal. Yo he dicho a todo el mundo que en el primer año no voy a tomar ninguna decisión. Son personas muy valiosas que me están ayudando mucho, así que es normal que los ratifique a todos.
-¿Tiene pensado hacer cambios más adelante?
-Primero quiero escuchar qué problemas tiene la diócesis. Yo lo que pido es que me dejen un poco de espacio para seguir este ritmo.
-Durante los primeros días se habrá dado cuenta de la falta de sacerdotes en la provincia y también de la ausencia de vocaciones. ¿Por qué hay tan pocos jóvenes que quieren ser sacerdotes?
-No lo sé, porque esto tampoco es normal en otras diócesis. Curiosamente no hay vocaciones sacerdotales, pero sí para la vida religiosa, ya que me he encontrado a chicas jóvenes en algunos conventos. Tengo que empezar por una pastoral con jóvenes, porque si no hacemos jóvenes cristianos, difícilmente saldrán sacerdotes.
-¿Cree que si el celibato no fuera obligatorio habría más vocaciones?
-No y es muy claro el motivo, porque los hermanos protestantes no tienen celibato y tienen una crisis de vocación de pastores mayor que la nuestra. Es más un problema de secularización, ya que los jóvenes no ven hoy la importancia de lo religioso, quizá por la influencia del ambiente cultural, muy negativo y bastante hedonista.
-Su antecesor, monseñor Munilla, trasladó a los seminaristas del Seminario Mayor a Madrid. ¿Le parece acertada la decisión? ¿Piensa mantenerlo?
-Este tema lo dejo abierto porque quiero pulsar la opinión de los sacerdotes y de los formadores. Pero hay otro tema que me preocupa más. La cuestión no es dónde está el seminario, sino si habrá seminario, porque con tres que hay ahora... Discutir dónde tiene que estar el seminario cuando no tenemos seminaristas es como ver de qué color pintamos la jaula y no tenemos pajarillo. Palencia tiene una abundancia de clero, pero pensemos la edad que tienen. ¿Qué pasará con la Iglesia dentro de quince años? Y no es un problema que ocurre en toda España...
-Y eso que Palencia es tierra desacerdotes, monjas y misioneros...
-Otra cosa que me ha extrañado es que una tercera parte de los sacerdotes de Palencia están fuera. Es bonito que ayudemos a otras iglesias, pero la nuestra también hay que llenarla.
-¿No se podría plantear entonces la Iglesia que las mujeres pudieran acceder al sacerdocio?
-Romperíamos una tradición de dos mil años que viene de Jesús, quien buscó a los doce varones por ser los representantes de las doce tribus de Israel. Es una cuestión que ahora la Iglesia no se plantea, pero lo que sí hay que hacer es potenciar la función de la mujer.
-El astrofísico británico Stephen Hawking sostiene en su nuevo libro que Dios no creó el Universo, sino que se creó por sí mismo. ¿Qué le parece esta declaración?
-Hawking es un excelente, magnífico y además admirable astrofísico, pero filosóficamente se ha metido en un terreno... Intentar demostrar desde la ciencia la existencia de Dios es lo mismo que demostrar el cariño o la amistad hacia una persona por otra a través de un análisis de sangre. Existen dos posturas: la de los materialistas, que dicen que la materia es eterna y ha evolucionado; o algo distinto a la materia que crea la materia, es decir, la creencia en un ser que no sabemos cómo es, que no se revela. Hawking se sitúa en una línea media y eso no puede mantenerse, porque está defendiendo un Universo que comienza y al mismo tiempo no da una explicación de ese comienzo.
-¿Entiende entonces a las personas que no creen en Dios?
-Entiendo al no creyente que dialoga, pero lo que creo que no es una postura honrada es la del indiferente y el frívolo.