(RV/InfoCatólica) En la catequesis, Benedicto XVI ha invitado a los fieles a tener a los Santos como “compañeros de viaje” en el camino de la vida cristiana. “Cada uno -ha afirmado– debería tener algún Santo que le sea familiar, para sentirle cercano en la oración y en la intercesión, pero también para imitarlo”. Por lo tanto es necesario conocer más a los Santos, a partir de aquellos del que se lleva el nombre, leyendo la vida y sus escritos.
“Estad seguros –ha dicho el Santo Padre– que se convertirán en buenos guías para amar todavía más al Señor, y en ayuda válida para vuestro crecimiento humano y cristiano. Como sabéis, también yo estoy unido de manera especial a las figuras de algunos Santos: entre ellos, además de san José y san Benito del que llevo el nombre, y a otros, está san Agustín, que he tenido el gran don de conocer, por decirlo de alguna manera, de cerca por medio del estudio y de la oración y que se ha convertido en un buen ‘compañero de viaje’, en mi vida y en mi ministerio”.
La búsqueda de la Verdad
El Papa ha recordado un aspecto importante de la experiencia humana y cristiana de san Agustín: “la búsqueda inquieta y constante de la Verdad”. Una característica, ha explicado, actual también en nuestra época en la que parece que el relativismo sea paradójicamente la “verdad” que debe guiar el pensamiento, las opciones, los comportamientos. El santo obispo de Hipona –ha revelado el Papa– “es un hombre que no ha vivido jamás superficialmente”, no ha buscado la “pseudo-verdad incapaz de dar paz duradera al corazón”, sino “aquella Verdad que da sentido a la existencia y “en la que el corazón encuentra serenidad y alegría”.
“Sabemos que el suyo no fue un camino fácil: pensó encontrar la verdad en el prestigio, en la carrera, en la posesión de cosas, en las voces que prometían felicidad inmediata; cometió errores, atravesó tristezas, afrontó decepciones, pero –y esto es lo importante– no se detuvo nunca, no se conformó con lo que le daba unos destellos de luz; supo mirar en el interior de sí mismo y se dio cuenta, como escribe en sus Confesiones, que esa Verdad, ese Dios que buscaba con todas sus fuerzas, era más íntimo a él que él mismo, le había estado siempre al lado, no le había abandonado, estaba a la espera de poder entrar de manera definitiva en su vida”.
Es decir, san Agustín, ha proseguido explicando Benedicto XVI, “se dio cuenta que no era él quien había encontrado la Verdad, sino la Verdad que es Dios que le había encontrado”. Y precisamente en este camino hacia la verdad es imprescindible el silencio: “las criaturas –escribía san Agustín– tienen que estar en silencio si quieren entrar en el silencio en el que Dios les habla”. En este sentido el Papa ha señalado que este mensaje es hoy más actual que nunca: “a veces –ha señalado– se tiene una especie de temor al silencio, al recogimiento, a pensar en las propias acciones, o al sentido profundo de la vida”.
“Se prefiere vivir –porque parece más fácil– con superficialidad, sin pensar, es más, se tiene miedo a buscar la Verdad, o quizá se tiene miedo de que la Verdad nos encuentre, nos aferre y nos cambie la vida, como sucedió a san Agustín”.
A “quienes tienen dificultades en la fe, participan poco en la Iglesia o viven como si Dios no existiera”: no tengáis miedo de la Verdad
Bajo esta premisa el Papa Benedicto XVI ha concluido su catequesis con una exhortación: “Queridos hermanos y hermanas, querría deciros a todos, incluso a quienes en este momento pasan por dificultades en su camino en la fe, o a quien participa poco en la vida de la Iglesia, o a quien vive como si Dios no existiera, que no tengan miedo de la Verdad, que no interrumpan nunca el camino hacia ella, que no cesen nunca de buscar la verdad profunda sobre sí mismos y sobre las cosas, con los ojos del corazón. Dios nos dona su luz para que veamos el calor que hace sentir el corazón que nos ama y que desea ser amado”.
Benedicto XVI ha hecho un llamamiento para que termine la violencia en Somalia: “Mi pensamiento se dirige a Mogadiscio, desde donde continúan llegando noticias de violencia y que ayer se convirtió en teatro de una nueva masacre. Expreso mi cercanía a las familias de las víctimas y a todos aquellos que, en Somalia, sufren a causa del odio y de la inestabilidad. Deseo que, con la ayuda de la comunidad internacional, no falten esfuerzos para restablecer el respeto de la vida y de los derechos humanos”.
Un grupo de peregrinos de Andújar presente en la Audiencia
Y como siempre el Pontífice ha saludado en varias lenguas a los peregrinos presentes en la audiencia. En polaco el Pontífice ha recordado que mañana se celebra la solemnidad de la madre de Dios de Czestochowa, a su protección el Papa ha confiado a todas las naciones, bendiciendo a todos aquellos que en estos días se reúnen en Jasna Gora.
Y en español, éstas han sido sus palabras: “Saludo a los grupos de lengua española, en particular a los fieles de la Parroquia de Santa María la Mayor, de Andújar, así como a los demás peregrinos venidos de España, México y otros países latinoamericanos. Os invito a que os familiaricéis con la vida y los escritos de los Santos, pues os ayudarán a amar cada vez más al Señor y a crecer como personas y como cristianos”.