(Aci/InfoCatólica) En presencia del presidente de la República, Alan García y demás autoridades civiles y militares de la región, en un estadio Miguel Grau totalmente lleno, el Primado del Perú recordó que la Madre de Dios "no abandona su misión co-redentora, continúa intercediendo para nuestra salvación eterna. Ella es abogada, es mediadora, en una palabra es Madre".
Al describir el amor inmenso que la Virgen María tiene por todos y al celebrar el día de La Asunción, el Cardenal Cipriani reconoció la importancia de la mujer: "La mujer es tan necesaria en la vida de la humanidad: la mujer con su belleza, con su genio femenino, con su fortaleza, con su agudez, es un gran don para la humanidad", dijo.
María, explicó el Cardenal, invita a todos a la conversión: "todos los días hay que pedirle a ella que nos lleve a Jesús, que nos ayude a sacarnos esos pensamientos, aquellos deseos que me complican la vida. Todos necesitamos una actitud de conversión, en nuestra vida personal y en nuestra vida social", indicó.
Perú tiene vocación de paz, de unidad, de familia
Seguidamente pidió a los padres de familia a no olvidar la tarea de educar a sus hijos y puso como ejemplo a Miguel Grau, quien "cuando la patria lo llama ahí está en primera línea, y cuando está jugándose la vida el amor a su esposa sigue siendo la luz que ilumina su trabajo. Esto no solamente lo hace un héroe maravilloso, sino un cristiano que vive su fe en esa realidad difícil que le tocó vivir. Por eso el heroísmo de la santidad no es otra cosa que cumplir con nuestro deber sin temor a nada ni a nadie".
Tras recordar que el Perú tiene "vocación de paz, de unidad, de familia", el Purpurado resaltó la importancia de poner la mirada en las cosas fundamentales: "no seguiremos siempre en esas pequeñas peleas que no hacen más que dividir y retrasar la madurez de nuestra familia. El dinero no lo es todo, no es la alegría, ni la paz, ni la fidelidad, ni el temple. Es necesario, pero hay que poner el corazón en las cosas últimas, no en las penúltimas. Hay que poner a Cristo en el centro de tu corazón, de tu familia, de tu trabajo".
Finalmente recordó que la tarea de la Iglesia tienen que cumplirla todos sus miembros: "si no profundizamos, si no le damos de este alimento a la juventud veremos que la Iglesia perderá su identidad", alertó.
50 mil personas en la procesión eucarística
Después de la Misa, el Cardenal Cipriani, acompañado de Mons. José Antonio Eguren, Arzobispo de Piura y otros obispos peruanos, presidieron una multitudinaria procesión eucarística en la que participaron unas 50 mil personas por las calles de la ciudad.
Dentro del estadio, el Santísimo Sacramento fue acompañado por las imágenes del Señor de la Buena Muerte de Chocán, el Señor Cautivo Peregrino de Ayabaca y la de Nuestra Señora de las Mercedes de Paita, que fueron ovacionadas a su paso.
Durante el recorrido de la Procesión Eucarística los fieles manifestaron su amor a Jesús Sacramentado a través de cantos y oraciones, y un verdadero recogimiento al mantener el orden durante todo el recorrido que concluyó en la Catedral de Piura