(Agencias/InfoCatólica) El Papa se preguntó de dónde nace la fuerza para afrontar el martirio y respondió que de la íntima unión con Cristo, “ya que el martirio no es el resultado de un esfuerzo humano, sino la respuesta a una iniciativa y a una llamada de Dios”.
Benedicto XVI subrayó que debemos saber que la gracia de Dios no suprime o sofoca la libertad de quienes afrontan el martirio, antes bien, dijo, se trata de una libertad ejercida en un supremo acto de fe.
“El mártir es una persona totalmente libre, libre frente al poder, frente al mundo. Una persona libre que en un supremo acto de fe, de esperanza y de caridad se abandona en las manos de su creador y redentor y sacrifica la propia vida para asociarse de manera total al sacrificio de Cristo en la Cruz. El martirio es un gran acto de amor en respuesta al inmenso amor de Dios”, afirmó.
Responder a la llamada a la santidad implica cargar cada día con la cruz.
Agregó que “probablemente” los seres humanos no están llamados al martirio, “pero ninguno está excluido de la llamada divina a la santidad, a vivir la existencia cristiana, y ello implica cargar cada día con la cruz”. “En esta época, en la que parece prevalecer el egoísmo y el individualismo, el hombre está llamado a trabajar por una sociedad en la que aumente día a día el amor y a transformar las vidas y el mundo”, aseguró Benedicto XVI.
El próximo domingo 15 de agosto, festividad de la Asunción de María Virgen, el Papa oficiará una misa solemne en la parroquia de Santo Tomás de Villanueva, en Castel Gandolfo. Después rezará el ángelus e impartirá la bendición desde el balcón central de la residencia papal. El Pontífice recorrerá a pie el trayecto de ida y vuelta entre la residencia papal y el templo de la localidad.