(Agencias/InfoCatólica) Miles de personas se concentraron anoche a las puertas del palacio presidencial de Varsovia para pedir la retirada de la cruz de madera erigida el pasado abril en memoria del anterior presidente polaco, Lech Kaczynski, y de los otros 95 que perecieron en el accidente aéreo de Smolensk (Rusia).
La cruz se mantiene rodeada por una treintena de ciudadanos que desde los últimos días han hecho guardia junto a ella para evitar su retirada. Las autoridades han desplegado un cordón policial y vallas metálicas entre ambos grupos para evitar enfrentamientos. Los manifestantes contrarios al símbolo católico se concentraron poco antes de medianoche, después de una convocatoria aparecida en diferentes redes sociales.
La ahora polémica cruz fue erigida por grupos de “boy scouts” el pasado 15 de abril frente al palacio presidencial, cinco días después de que se estrellara en el aeródromo ruso de Smolensk el avión en el que viaja Kaczynski al frente de la delegación polaca que iba a asistir a una ceremonia en el cementerio de Katyn, donde en 1940 Stalin mandó asesinar a 20.000 oficiales polacos.
Desde ese momento, la cruz se ha convertido en una especie de lugar de peregrinación para cientos de miles de ciudadanos y todavía son muchos los polacos que depositan flores y velas en memoria de los muertos.
Posible traslado a la basílica de la Virgen de Czestochowa
El actual presidente de Polonia, el liberal Bronislaw Komorowski, declaró días atrás su intención de reubicar la cruz en un lugar “más apropiado”, una decisión que ha dividido a Polonia. Komorowski había acordado con la Iglesia Católica y representantes de los “boy scouts” polacos el traslado del ahora polémico símbolo hasta el templo de Santa Ana, en el centro de Varsovia, desde donde se planeaba llevar la cruz en procesión hasta la basílica de Czestochowa, donde se encuentra la Virgen Negra, patrona del país.
Sin embargo, cuando miembros del clero y de la organización “boy scouts” accedieron hoy al palacio presidencial se encontraron con la oposición de miles de manifestantes, algunos de los cuales consiguieron romper el cerco policial para tratar de impedir a los sacerdotes trasladar la cruz. “Lucharemos hasta la muerte para mantener una cruz que recuerda al presidente Kaczynski y al resto de fallecidos en Smolensk”, gritaban los ciudadanos concentrados, mientras agitaban banderas nacionales y pancartas contra el gobierno liberal.
Jaroslaw Kaczynksi, hermano gemelo de Lech, ha declarado que la decisión de Komorowski no es más que una prueba de sus “verdaderas intenciones de acabar con la tradición y la historia polaca”. Komorowski se proclamó ganador de las elecciones presidenciales del pasado 4 de julio frente a su rival conservador Jaroslaw Kaczynski, quien pretendía alzarse con la jefatura del Estado para continuar la misión de su hermano muerto.
Un polémico cartel publicitario aviva la polémica
La polémica vivida hoy en Varsovia se une a la que generó días atrás la colocación de un cartel publicitario de una conocida marca de cerveza en las inmediaciones del castillo de Wawel, en Cracovia, donde se encuentran enterrados Lech Kaczynski y su esposa Maria.
El anuncio, bajo la frase “¿Buscando aventuras? Una Lech fría”, ya ha sido retirado después de que varias asociaciones ciudadanas y miembros del partido conservador lo calificasen de “desagradable” referencia a la muerte del presidente. Los responsables de la cervecera ya se han disculpado por la “desafortunada” ubicación del cartel de “Lech” que, además de ser un nombre común en Polonia, es también una popular marca de cerveza.
Burlas a la Cruz y sus defensores
Muchos de los manifestantes congregados hoy frente al palacio presidencial profirieron gritos de burla contra la cruz y los ancianos parapetados junto a ella, porque “un país laico como Polonia no puede permitir una situación así”. Estos actos de mofa se repiten a diario en los últimos días, con jóvenes, generalmente ebrios, que han acabado sus noches de juerga insultando a los “defensores de la cruz”.
Otros han aprovechado la concentración para expresar su rechazo al papel de los políticos, a los que acusaron de hacer un uso partidista del símbolo y pidieron que centren sus esfuerzos en asuntos más importantes como “sacar el país adelante”.
El destino de esta cruz es incierto debido a que el Gobierno todavía no ha tomado aún una decisión después de los incidentes del pasado lunes.