La norma «podrá ser legal pero nunca moral»

Las uniones homosexuales son «intrínsecamente inmorales», reitera el Cardenal Rivera

El Arzobispo de México, Cardenal Norberto Rivera, emitió ayer un pronunciamiento ante la declaración de constitucionalidad de la Suprema Corte de Justicia de la Nación con relación a las uniones entre personas del mismo sexo, en el que explicó que éstas son «intrínsicamente inmorales pues contradicen el proyecto divino». Añadió que «tal actividad inmoral […] pone en peligro la dignidad y los derechos de la familia que constituyen el bien común de la sociedad».

(Agencias/InfoCatólica) El Cardenal Norberto Rivera leyó este texto en su homilía en la Catedral, asegurando que el fallo del Tribunal Supremo de México es una aberración y resulta abusivo llamar matrimonio a este tipo de unión.

Por ello, afirmó, la “aprobación absurda de esta ley, que podrá ser legal pero nunca moral”, debe hacer a los católicos más “conscientes del valor inigualable de la familia” y ocasión de orar por los gobernantes, “para que a ejemplo de Santo Tomás Moro, sepan servir no al poder, sino al supremo ideal de justicia, tutelando la familia, el derecho a la vida desde su gestación hasta su fin natural, la dignidad de la persona, la justicia social y la paz para nuestro atribulado país”. 

Por su parte, los doctores en Derecho José Antonio Sánchez Barroso, Jorge Adame Goddard y Víctor Manuel Montoya han afirmado que si bien la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) declaró la constitucionalidad los llamados matrimonios entre personas del mismo sexo, esas uniones no pueden tener la misma validez en los demás estados de México. 

A continuación el pronunciamiento completo del Arzobispo de México: 

“Entonces éste exclamó: ‘Esta vez sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Ésta será llamada mujer, porque del varón ha sido tomada’. Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una sola carne (Cfr. Gen 2,23-24). 

Estas palabras, tomadas del libro del Génesis, nos colocan de frente al designio de Dios que creó la humanidad en la diferencia y complementariedad del hombre y la mujer. Es, pues, el primer himno de amor pronunciado hacia la mujer en el que se reconoce la igualdad y la diversidad, la identidad y la unidad; es el reconocerse dos y uno a la vez, simbolizando un contexto de alianza, de unión esponsal. 

La comunión entre el hombre y la mujer, efectuada en el amor conyugal, lleva la realización del hacerse "una sola carne", que permite, incluso, hacerse otra carne. En efecto, la generación de los hijos revela que es carne de la madre y carne del padre, exaltando con ello que la unión matrimonial es unidad fecunda porque se acoge la diferencia y se reconoce la diversidad en el amor auténtico y no egoísta. 

La doctrina cristiana del matrimonio, que hunde sus raíces en el libro del Génesis, aporta los presupuestos fundamentales para la comprensión adecuada del hombre y de la mujer, cuyos cuerpos poseen su significado nupcial, que desafortunadamente a causa del pecado, de perversas ideologías modernas, es ensombrecido, manipulado y degenerado. 

Por eso, ante el aberrante juicio de constitucionalidad que avala la inmoral reforma de ley que permite las uniones entre personas del mismo sexo –abusivamente llamado matrimonio– por parte de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la Iglesia no puede dejar de llamar mal al mal. Las uniones de facto o legaloides de personas del mismo sexo son intrínsecamente inmorales, pues contradicen el proyecto divino, desvirtúan la naturaleza del matrimonio elevado por Cristo a la dignidad de sacramento (cfr. Mt 19,3-9). 

Tal actividad inmoral jamás podrá ser equivalente a la expresión sexual del amor conyugal, pues pone en peligro la dignidad y los derechos de la familia que constituyen el bien común de la sociedad. Las injusticias cometidas contra las personas homosexuales nunca serán una justificación para conceder falsos derechos que, por si fuera poco, afectarán a niños inocentes, a quienes se les negará el derecho de tener un padre y una madre para su adecuado desarrollo moral y psico-afectivo. 

En mi deber, como Pastor de la Arquidiócesis Primada de México, hacer un llamado al Pueblo de Dios, a que dé muestras de bondad y misericordia hacia las personas homosexuales, teniendo claro el ejemplo del mismo Señor que no vino para condenar sino para salvar: “Él fue intransigente con el mal, pero misericordioso con las personas” (Humanae Vitae, 29). Si bien estamos llamados a ser respetuosos de las leyes civiles, tenemos el deber moral de no hacer vanos los mandamientos de Dios y evitar caer en permisivismos que lesionan los principios fundamentales de nuestra fe y el valor precioso de la familia, hoy tan atacada y banalizada como si hubiera la intención perversa de intereses oscuros por destruirla y con ello orillar a nuestro país, herido por la violencia y la descomposición social, a su ruina.

Que la aprobación absurda de esta ley, que podrá ser legal pero nunca moral, nos permita ser conscientes del valor inigualable de la familia, “fundamento de la vida y del amor”; y a la vez, sea la ocasión para continuar elevando nuestras oraciones a Dios por nuestros gobernantes, para que a ejemplo de Santo Tomás Moro, sepan servir no al poder, sino al supremo ideal de justicia, tutelando la familia, el derecho a la vida desde su gestación hasta su fin natural, la dignidad de la persona, la justicia social y la paz para nuestro atribulado país. 

Que la ley de Cristo, mandamiento del amor, sea la ley suprema de nuestros corazones, que nos libre del poder del Maligno presente en la violencia exacerbada que inicia con la eliminación de los más desprotegidos en el vientre de sus propias madres, y que se multiplica en el crimen organizado y en legislaciones inmorales que sirven como su instrumento, y que María Santísima de Guadalupe nos proteja con su maternal amor y salve a nuestra nación. 

Especialistas en Derecho niegan que se pueda extender el matrimonio homosexual a los demás estados de México

Los doctores en Derecho José Antonio Sánchez Barroso, Jorge Adame Goddard y Víctor Manuel Montoya expusieron que si bien las reformas al Artículo 146 del Código Civil del Distrito Federal, entre otros, que permiten el matrimonio entre personas del mismo sexo han sido declaradas acordes con la Constitución y la ciudad de México tiene facultad de legislar en la materia, esa resolución no implica que los estados de la República estén obligados a reconocer estas uniones civiles, ni que esas personas puedan contraer matrimonio en otras entidades.

Adame Goddard, investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), indicó que “el estado y la capacidad de las personas físicas se rige por el derecho del lugar de su domicilio", de modo que aplicar esta regla al matrimonio entre personas del mismo sexo sólo vale en el Distrito Federal”. 

Víctor Manuel Montoya, miembro del Colegio de Abogados y de la Barra Mexicana de Abogados, sostuvo a su vez que la Suprema Corte "no puede violar la soberanía" del Poder Legislativo en los estados "y mucho menos desconocer la soberanía de los Congresos de legislar en materia civil, como es el caso del matrimonio". De tal forma que esa resolución "no puede obligar de ninguna forma a otras entidades federativas".

José Antonio Sánchez Barroso, catedrático de la Facultad de Derecho de la UNAM y de la Universidad Panamericana, aseguró que jurídicamente hay argumentos sólidos para demostrar que la reforma al Código Civil del Distrito Federal es inconstitucional y contraviene la noción de matrimonio que implícitamente está en la Constitución desde 1917. Además, el doctor en Derecho coincidió que de ninguna manera esa resolución obligará a los estados a reconocer esta legislación, pues iría contra el federalismo, la autonomía y las determinación de las entidades federativas.

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7 comentarios

José Jacinto Verde Colinas
El cardenal Rivera tiene toda la razón del mundo, y es gratificante que haya gente valiente que se atreva a decir lo que muchos, por cobardía, soberbia o equivocación, no dicen o no se atreven a decir.

Además, me gustaría desarrollar un poco algunas de las razones que demuestran claramente la inmoralidad de las relaciones homosexuales:

1. Son anti-naturales (es decir, contrarias a la Ley Natural, que es aquélla que Dios y, por tanto, la recta conciencia, imprime en el corazón del hombre y que, para que el que dude de su existencia, basta decir que todos, salvo contadas excepciones, tenemos una misma idea, en nuestra conciencia interior, de lo que está bien o mal), y no están basadas en la necesaria complementariedad física y psicológica entre hombre y mujer.

2. Como consecuencia de lo anterior, también son contrarias a la Ley de Dios. Podemos encontrar en la Biblia algunos ejemplos que demuestran claramente su inmoralidad, como las siguientes citas: Gn 19,1-29; Lv 18,22; Lv 20,13; Rm 1,24-27; 1 Co 6,9-10; 1 Tm 1,10. Además, el Catecismo de la Iglesia Católica también se manifiesta claramente en contra de estas relaciones: ver puntos 2357 al 2359.

3. Como consecuencia de los dos puntos anteriores, también son contrarias a la recta razón y al sentido común.
10/08/10 11:30 AM
José Jacinto Verde Colinas
4. También como consecuencia de los puntos 1 y 2, cualquier religión seria (por ejemplo, cristianismo, islamismo o judaísmo) no tiene una consideración positiva de la homosexualidad, sino que se considera algo reprobable e inmoral.

5. No están orientadas a la procreación, fin primordial para el que Dios ha creado el sexo, sino al mero disfrute incontrolado de los sentidos y al placer (es decir, al hedonismo).

6. En caso de que a estas parejas se les permita la adopción de hijos, no podrán educarlos de manera sana, ya que no aparecen diferenciadas las funciones del padre y de la madre, que aportan matices distintos y necesarios para la correcta educación de los hijos, debido a la diferente estructura física y psicológica de ambos sexos. Además, estas parejas, en su soberbia, inconsciencia o debilidad en no querer reconocer su problema, proporcionarían una educación inadecuada, aun sin querer, a sus hijos adoptados. Muchos estudios serios corroboran lo aquí dicho: por ejemplo el informe de George A. Rekers.

7. Muchos estudios serios han demostrado que, en muchos casos, los homosexuales caen más fácilmente que otras personas en pecados y delitos como la pedofilia (o, más bien, la efebofilia, es decir, la atracción sexual hacia adolescentes). Entre ellos, podemos citar el informe de la Dra. Judith A. Reisman.
10/08/10 11:31 AM
José Jacinto Verde Colinas
8. Muchos estudios serios han demostrado que estas relaciones son más inestables, por lo que el número de divorcios es mucho mayor que los que se producen en las familias heterosexuales. Como ejemplo, podemos citar el informe de Andersson, G.

9. Estas relaciones solamente tienen cabida en sociedades hedonistas, relativistas, laicistas y contaminadas por la ideología de género, en las que se ha renunciado al conocimiento de la Verdad Revelada por Dios a los hombres por medio de Jesucristo y la Iglesia Católica (que, también comparten, aunque de forma incompleta, otras religiones del mundo).

10. Para los que se consideran católicos, conviene recordar que, aunque algunos afirman que Jesucristo nunca condenó la homosexualidad, no debemos olvidar que las enseñanzas de la Iglesia se basan no sólo en los Evangelios, sino en la Biblia en general, al igual que en la Tradición. Además, tampoco debemos olvidar las palabras de Jesucristo en el Evangelio: “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia... Todo lo que ates en la Tierra quedará atado en el Cielo, y todo lo que desates en la Tierra quedará desatado en el Cielo”. Por tanto, sólo al Papa, de acuerdo con Jesucristo (Palabra de Dios), y a los obispos y cardenales, en comunión con él, corresponde determinar qué es pecado y qué no lo es, qué está bien y qué está mal.
10/08/10 11:32 AM
Ricardo de Argentina
Mejor tarde que nunca, claro, pero eso a veces no alcanza.

Esta energía en señalar la ilegitimidad de lo "legal", debería haberse empleado ya contra la inmoral ley del Divorcio, fuente de la lamentable situación de hecho (existencia de homosexuales en muchos ámbitos) que ha sido la excusa de los políticos para propinar al pueblo la aberración del homomonio.

Entiendo que los Pastores deben marchar adelante de su rebaño y no como ahora, que están a remolque de los acontecimientos y siempre llegan tarde a las encrucijadas adonde se juega el destino de las almas.
10/08/10 8:02 PM
virginia
yo opoyo a las parejas gueys.la gente siempre critica la vida de los demas porque la suya le es muy tediosa,si ellos asi son felices que lo sean y que vivan de la manera que quieran. la iglesia tambien ha cometido muchas faltas y a ellos no se les recrimina nada
13/10/10 9:52 PM
ME PARECE QUE MEXICO SE ESTA VOLVIENDO UNA NACION SIN JUICIO, POR ESO ES IMPOSIBLE GOBERNAR Y HACER QUE PREVALESWCA EL DERECHO, CUANDO SE TIENE UNA IDEA TAN ERRADA DE LO QUE ES TOLERANCIA Y LO QUE SIGNIFICA APOYAR AQUELLO QUE ES ABERRANTE.
30/12/10 9:54 PM
Raúl López
Que bueno que estemos en un país donde ni el Gobierno ni la religión pueden coartar el derecho de expresar si se está o no a favor de los veredictos de las instituciones.

Ahora bien, aquello que se nombra como inmoral y aberrante no es más que un reflejo de la naturaleza humana y que permea tanto a libres pensadores como religiosos y políticos como pastores.

Por otro lado, me gustaría saber la opinión de mis estimados hermanos sobre lo siguiente:

¿Si Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza, no es Dios entonces tan aberrante e inmoral como lo somos su creación?

¿Si Dios es omipotente, omnipresente y omnisciente, no esta el entonces en todos y cada uno de los abortos, homosexuales, etc.? o ¿Acaso Dios solo tiene las características antes señaladas dentro del plano de lo que el hombre considera positivo? ¿Que pasa entonces con todo lo que consideramos malo, acaso está fuera del alcance de Dios?

¿Si lo malo es de Satanás y lo bueno de Dios, viviremos entonces en un mundo donde la Ley del demonio gobierna sobre la de Dios?

Espero no se me tome a mal estos cuestionamientos, ya que respeto en absoluto la religión con la cual yo mismo he crecido, pero la duda sobre estas cuestiones me parece importante de aclarar.

Gracias
26/09/11 11:57 PM

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