(InfoCatólica) El cardenal Jorge Urosa se mostró tajante sobre su actuación como obispo católico en su discurso ante los diputados de la Asamblea Nacional:
Soy un Obispo, Pastor de la Iglesia, servidor de Jesucristo y del pueblo venezolano todo. En esa condición he actuado y hablado sobre las cuestiones sociales. No me considero ni me he considerado nunca, y no he actuado en ningún momento como actor u operador político. Soy vocero de Jesucristo y de las inquietudes y del interés del pueblo venezolano por la paz, el encuentro, la inclusión, y por el respeto a los derechos humanos civiles, sociales, y políticos consagrados en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. No soy vocero de ninguna parcialidad política.
El prelado recordó a los diputados que "el art. 62 de la Constitución claramente afirma el derecho de todos los ciudadanos venezolanos a participar activamente en la vida pública". Además citó el art 132 de la Carta Magana venezolana en el que se afirma que “toda persona tiene el deber de cumplir sus responsabilidades sociales y participar solidariamente en la vida política, social y comunitaria del país”.
“En cumplimiento de esta disposición constitucional”, aseguró el cardenal, “la participación en la vida pública de los Obispos, Pastores de la Iglesia en Venezuela, va en la línea del relacionamiento y convivencia de los ciudadanos con el libre ejercicio de sus derechos”.
Labor pastoral de la Iglesia
El Arzobispo de Caracas explicó a los diputados que “la Misión Pastoral de la Iglesia no es solamente celebrar actos de culto, sino anunciar a Jesucristo y su Evangelio del amor a Dios y del amor fraterno, del respeto a la vida y los derechos de los seres humanos; es promover la convivencia social en el marco de la libertad y la justicia”.
Además, afirmó que “los Obispos hablamos en respuesta al evangelio de Nuestro Señor Jesucristo que nos llama a ser misericordiosos y a atender las necesidades de nuestros hermanos: Recordemos la parábola del buen samaritano”.
Opinión, no denuncia
Tras asegurar que “en mis actuaciones litúrgicas evito el tema político partidista, y así lo exijo a todos los sacerdotes de la Iglesia en Caracas” y que su “predicación es religiosa, y de moral tanto individual como social; no es una predicación partidista”, el cardenal explicó que en sus declaraciones “sí he emitido opiniones, pero no he formulado `acusaciones ni denuncias´. No es mi ánimo o intención. He emitido mis opiniones amparado por los valores consagrados en nuestra Constitución”.
El prelado insistió en que todo lo que hizo fue emitir “opiniones con seriedad, expuesto a equivocarme, pero no he dicho mentiras. Mentir es decir algo que uno sabe falso como si fuera verdad. Opinar es emitir una apreciación con algún margen de error. Con humildad pero con dignidad afirmo que no soy mentiroso”.
Fue Chávez quien dijo que quería una Venezuela marxista
El cardenal arzobispo de Caracas recordó a los diputados venezolanos lo evidente:
En primer lugar he opinado que el Presidente Chávez quiere llevar al país por el camino del socialismo marxista. Pues bien: no he dicho nada nuevo, pues el Presidente en varias ocasiones ha afirmado ser marxista, como lo hizo, por ejemplo en esta Asamblea el 15 de enero de 2010, y está decidido, lo dice permanentemente, a convertir a Venezuela en un estado socialista. Opino que llevarnos por este camino implicaría dejar a un lado importantes principios consagrados en la actual Constitución.
Ante ello, el purpurado constató que “el Estado socialista marxista es totalitario, pues copa todos los espacios, tal como sucedió en los países sometidos al régimen socialista o comunista, como los de Europa Central, la Unión Soviética en el pasado, y Cuba todavía en el presente”.
Leyes problemáticas
Tras señalar que "al opinar que algunas leyes me parecen inconstitucionales no ataco, ni desconozco, ni actúo en contra de la Asamblea, sino que me parece que esas leyes van al margen o contrarían el espíritu y en algunos casos la letra de la Constitución", el cardenal Urosa pasó a enumerar las leyes que considera contrarias a dicha Constitución:
la Ley del Consejo Federal de Gobierno,
la Ley de reforma de la Ley Orgánica de descentralización, delimitación y transferencia de competencias del Poder Público;
La Ley Orgánica de Educación;
la Ley de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana;
la Ley sobre la Organización y régimen del Distrito Capital;
La Ley para la Defensa de las Personas en el Acceso a los Bienes y Servicios (Ley del Indepabis),
La Ley Orgánica de Procesos Electorales.
Y el actual Proyecto de Ley de Comunas.
El presidente de los obispos venezolanos cree que “esas leyes afectan el pluralismo político, fundamental para la vida democrática, pues incorporan la concepción socialista, para implantar una Patria socialista, lo cual consagra como obligatoria para todos los venezolanos una ideología, un sistema y un partido”.
“Todas estas leyes”, concluyó el cardenal Urosa, “van en la línea de darle más poder al Gobierno central y a la Presidencia de la República, en detrimento de las capacidades y el poder del pueblo, de la gente, de de las regiones, de la familia, del ciudadano, y consagran un Estado y un Gobierno cada vez más poderoso por encima de la acción e iniciativa de la gente, de los ciudadanos comunes”.
Opción por los pobres y disposición al diálogo
El prelado venzolano finalizó su intervención reafirmando “junto con mis hermanos los Obispos de la Iglesia Católica en Venezuela, nuestra opción por los pobres, nuestra actitud de disposición al diálogo, de servicio al pueblo venezolano” e insistiendo en su “condición de Pastor de la Iglesia, a la cual sirvo en nombre de Jesucristo, con el propósito de que su `Reino de verdad y de vida, de santidad y de gracia, de justicia, de amor y de paz´, se haga realidad en el corazón de los venezolanos, a través de la fe en Dios, y a través de la convivencia fraterna y solidaria”.