(Efe/InfoCatólica) «El Gobierno está ejerciendo una especie de presión psicológica contra los que se niegan a irse para ver si pueden llevarlos a que abandonen el país», dijo Fariñas a Efe por teléfono desde la ciudad de Santa Clara, donde permanece hospitalizado.
El opositor terminó su huelga de hambre el pasado 8 de julio, tras anunciarse el compromiso del Gobierno de Raúl Castro, fruto del diálogo con la Iglesia católica cubana, con el apoyo del Gobierno español, de excarcelar a 52 presos del Grupo de los 75, condenados en 2003, dentro del plazo máximo de cuatro meses. Sin embargo, más de 30 de ellos siguen esperando su excarcelación.
Diez presos no quieren abandonar Cuba
La opositora Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN) ha divulgado que al menos diez de esos presos políticos no quieren abandonar el país cuando sean excarcelados, y aseguró que unos cuatro ya comunicaron su decisión al cardenal Jaime Ortega.
“Vemos que el Gobierno está actuando de mala fe”, dijo Fariñas, quien señaló que así como se ha puesto en libertad y permitido el viaje de 20 disidentes, las autoridades debían ya “haber dado la libertad para su casa” al grupo que se ha negado a salir del país. En su opinión, el Gobierno cubano presiona a los presos políticos a que salgan de la isla porque “se van a convertir indiscutiblemente en figuras altamente representativas de la disidencia, al negarse a abandonar su país e interactuar dentro de la sociedad cubana”.
Sobre su recuperación, Fariñas explicó que ya ha comenzado a ingerir pequeños trozos de carne hervida, como parte de la dieta especial que inició hace 16 días tras abandonar el ayuno. Indicó que el trombo que tiene en la vena yugular y que empeoró su estado de salud en las últimas semanas se ha “alargado” y “adherido” a otras dos venas. Aunque los médicos piensan que su tendencia será a calcificarse, le han comunicado que mientras se mantenga su actual índice de coagulación no “se arriesgarán” a darle el alta médica.