(EP/InfoCatólica) Google ha justificado su decisión en que los servicios publicitarios de Google se rigen por “aspectos de negocio, legales y de sensibilidad cultural”, y con “políticas que sean justas, coherentes y a su vez flexibles” en los países en los que opera la empresa. Asimismo, la compañía ha dicho a HazteOir.org que revisa sus políticas de manera periódica “con el objetivo de mantener su vigencia y eficacia”.
Varios representantes de las clínicas abortistas se reunieron en mayo con miembros de la empresa estadounidense para tratar de convencer a la empresa de que modificase su política sobre el veto a los anuncios de este tipo de centros en España para adecuarse a la nueva legislación. Posteriormente, Google se reunió también con HazteOir.org, que mostró su oposición a este tipo de anuncios.
HazteOir muestra su decepción
Tras conocer la noticia, Ignacio Arsuaga, presidente de HazteOir.org, ha manifestado a Google su “decepción” por dicha decisión. Arsuaga explica que “el aborto sigue tipificado en el código penal español, con penas de cárcel para el empresario o profesional que lo comenta fuera de los supuestos de despenalización”, el principal de los cuales es el aborto por decisión de la madre hasta la semana 14 del embarazo: si no se impide la publicación de anuncios de empresas autorizadas a practicar abortos a partir de la semana 14, “Google anunciará y promoverá la práctica de delitos, aún en los casos en que ese delito no lleve aparejada la pena correspondiente”. Ha advertido que la decisión de Google es una “imprudencia”, ya que, a su juicio, es “muy posible que la ley del aborto sea declarada inconstitucional”, ya que la ley ha sido recurrida ante el Tribunal Constitucional.
HazteOir.org ha señalado además a Google que la decisión de admitir la publicación de anuncios de empresas abortistas en España es incongruente con la política que Google aplica en países como Alemania o Francia, en los que se impide anunciar sitios web que promocionen “servicios de aborto”.
Finalmente, Arsuaga se queja de que Google “no entra a considerar la tragedia que supone el aborto, que implica, por una parte, la muerte cruel y violenta de un ser vivo de la especie humana y, por otra, un terrible drama para la mujer que lo sufre” y se beneficia económicamente de empresas que “han basado su modelo de negocio en acabar con la vida de seres humanos inocentes y en ocultar a sus clientas las consecuencias físicas y psíquicas del aborto que quieren cometer”.