(La Nación) “En primer lugar creo que el casamiento es un sacramento, es una institución. Y está en la misma naturaleza del hombre. Dios creó al hombre y a la mujer para que se unan y formen una sola familia. Yo soy un cristiano y quiero que la gente sepa hacia dónde va a actuar Federico, porque siempre he tratado de ser lo más coherente posible”, dijo el vicepresidente Franco.
El político explicó a los periodistas presentes en su oficina, que sus convicciones como hombre de la Iglesia Católica no le permiten tan solo pensar en la posibilidad de que dos personas del mismo sexo contraigan matrimonio.
Piedra angular de la sociedad
“Durante la campaña electoral me preguntaron sobre el matrimonio entre homosexuales y también te digo que estoy en contra del aborto, por mis convicciones cristianas; por considerar al matrimonio como un sacramento, por considerarla como piedra angular de la sociedad, y por defender a los niños y a las niñas. Yo digo que no puede ser que el egoísmo prevalezca sobre el interés de la sociedad”, señaló el vicemandatario.
Las manifestaciones del vicepresidente Franco fueron su respuesta al ser consultado sobre la reciente ley que se aprobó en Argentina sobre la legalidad del matrimonio homosexual, convirtiéndose de esa forma el primer país sudamericano que aprueba esta normativa.
“No se puede legislar a favor de un proyecto de esa naturaleza”- insistió- “ les pregunto sobre el daño que estaríamos creando a un niño o a una niña que crezca dentro de un matrimonio de homosexuales y que los otros chicos de las escuelas se enteren y les pregunte al respecto, no se imaginan el daño que le estaríamos creando”, enfatizó Franco.
Y para reafirmar su postura, el Vicepresidente insistió: “Yo estoy formalmente en contra del matrimonio entre personas del mismo sexo y si me cabe la posibilidad, si estoy en ejercicio de la Presidencia, el veto va a ser total y absoluto”.