(Zenit/InfoCatólica) El Papa presenta tal Apostolado de la Oración todos los meses dos intenciones , una general y la otra misionera. La intención general para este mes es: "Para que en todas las naciones del mundo las elecciones de los gobernantes se realicen según la justicia, transparencia y honestidad, respetando las decisiones libres de los ciudadanos".
Su intención misionera es: "Para que los cristianos se comprometan a ofrecer en todas partes, especialmente en los grandes centros urbanos, una contribución válida a la promoción de la cultura, de la justicia, de la solidaridad y de la paz".
El Apostolado de la Oración
El APOR es una asociación de fieles que tiene su origen en 1844. Nació en un pueblo del sur de Francia, llamado Vals, donde los jesuitas tenían una Casa de Formación. Las cartas que llegaban a menudo a esta Casa escritas por los misioneros jesuitas, comunicaban un gran entusiasmo misionero a estos jóvenes; entusiasmo que, en parte, les frustraba un tanto, ya que los años de estudios para el sacerdocio, no les permitían disfrutar apenas de alguna oportunidad para expresar y canalizar sus ímpetus y ansias de apostolado.
Su Director Espiritual, el P. Francisco Javier Gautrelet, SJ, la víspera de la fiesta de San Francisco Javier de 1844, les esbozó en una Meditación la idea fundamental, fundada en la doctrina de San Pablo acerca del Cuerpo Místico de Cristo: mientras los misioneros trabajan por llevar el Evangelio a los pueblos que no conocen o todavía no aceptan a Cristo, los estudiantes jesuitas podían y debían solidarizarse con esos trabajos de los misioneros, apoyando y reforzando su labor por medio de la oración, que es la que da eficacia a la acción del Reino. Poco después, el P. Guatrelet expuso las ideas fundamentales de aquella charla fundacional suya en un sencillo folleto titulado Apostolado de la Oración. A continuación, la iniciativa se extendió y fue acogida por otras muchas comunidades de jóvenes estudiantes en toda Francia.
La obra iniciada por el P. Gautrelet hubiera desaparecido pronto por falta de estructuras capaces tanto de promoverla como de sostenerla, si no hubiera venido en su ayuda el P. Henri Ramière, jesuita de gran capacidad intelectual, ferviente religioso, con talento de escritor y organizador y de celo apostólico ardiente. Gran entusiasta de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, contribuyó en gran medida a que el Apostolado de la Oración profundizara en la importancia de toda acción hecha en Cristo. Al fallecer, en 1884, después de 24 años al frente de la obra, el número de centros del Apostolado en el mundo entero excedía los 35.000, con más de 13 millones de socios.
Desde 1890, el Papa ha confiado en el Apostolado de la Oración para dar a conocer en todo el mundo sus preocupaciones, que encomienda a la oración de todos los cristianos, que unen su oración y su vida a la oración y la misión de la Iglesia universal. El APOR está presente en todo el mundo y tiene, al menos, 40 millones de socios; y se calcula que cien millones de personas practican cada día el ofrecimiento diario.