(Agencias/InfoCatólica) Convocados desde distintos sectores religiosos, portando grandes pancartas y haciendo flamear banderas argentinas, tal como si se tratara de un festejo mundialista, los manifestantes se reunieron en el Kilómetro O.
Tras recorrer la avenida San Martín y Espejo, se congregaron en la Plaza Independencia, frente a la Legislatura provincial, para expresar su repudio a la iniciativa legal leyendo una Declaración de Principios y presenciando la actuación del grupo folclórico Los Artilleros.
Familias enteras, niños, jóvenes, adultos y hasta ancianos; mostraron su repudio a la iniciativa legal con carteles que rezaban frases como: “Todo niño tiene derecho a tener papá y mamá”, “Salvemos la familia”, “Matrimonio = fuente de vida”, “La familia sí importa” y “Plan 2010, destrucción de la familia”.
En los discursos se hizo hincapié en que “el reconocimiento legal de las uniones de personas del mismo sexo o la equiparación con el matrimonio constituiría una grave lesión de la justicia y la ley natural”. Remarcaron que “a dos personas del mismo sexo no les asiste el derecho de contraer matrimonio entre ellas”. Insistieron en que el matrimonio “es mucho más que una relación afectiva privada. Es anterior al ordenamiento jurídico, al Estado y aún a la misma Iglesia”.
Declaración de principios
La Declaración de Principios incluyó párrafos que resumen las convicciones de quienes decidieron participar en esta marcha. Los concurrentes expresaron con aplausos, vítores y hasta silbidos su postura ante cada punto del manifiesto.
“El matrimonio se funda en el vínculo libre, permanente y exclusivo entre un varón y una mujer”, “El matrimonio es el ámbito privilegiado donde no solo se genera la vida humana sino también la fortalece y humaniza”, “El niño tiene derecho a ser educado por su padre y una madre, quienes tienen la responsabilidad de guiar su educación conforme a sus convicciones” fueron algunos puntos del manifiesto.
A su vez, antes de la lectura de la Declaración, se agradeció la presencia de varios pastores evangélicos, así como la del Arzobispo de Mendoza José María Arancibia y el obispo auxiliar Sergio Buenanueva, acompañados por una veintena de sacerdotes de la diócesis.