(Agencias) Mons. Asenjo entiende que “no es la decisión más brillante” y que “la fecha del pasado viernes no va a pasar a la historia de esta hermandad como una fecha brillante”.
El arzobispo explicó la secuencia de los hechos, desde el día que el arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal, el cardenal Rouco Varela, se dirigió por carta a la corporación de la Madrugaga del Viernes Santo, carta que estuvo acompañada de otra firmada por mons. Asenjo. El arzobispo destacó positivamente la actitud en todo momento del hermano mayor, Adolfo Vela, y explicó que se buscó con éxito la financiación y el seguro. Además, recordó que se había localizado una iglesia en la Castellana para que la imagen trianera recibiera un culto adecuado. “Estoy muy agradecido a Adolfo Vela pero, la consecuencia más importante es que Sevilla no estará presente en este histórico Vía Crucis”, añadió.
En la misma línea, mons. Asenjo subrayó que “lo que más me preocupa es el déficit de eclesialidad que revela esta decisión”. “Las hermandades y cofradías no son entes autónomos ni independientes. Son -matizó- asociaciones públicas de fieles, y siento mucho que no se haya tenido esto en cuenta en el caso de la Hermandad de la Esperanza de Triana”. “Era un encuentro con el Papa”, añadió.
Formación cofrade deficitaria
El prelado señaló también que a la vista de esta decisión “nos queda un largo camino por recorrer” en formación cofrade. “Lo único que legitima y acredita a las hermandades es su inserción en la Iglesia. Fuera de ella su identidad se desvanece”, apuntó.
A pesar de todo, el arzobispo declaró que “no pierdo la esperanza en ir dando pasos para acentuar los rasgos que definen la identidad cofrade, y entre ellos la eclesialidad y la inserción en la Iglesia diocesana”. En respuesta a una pregunta en la que se apuntaba que la decisión de la hermandad habría sido otra de haber estado él más cerca de la corporación esos días, mons. Asenjo afirmó que “el arzobispo no debe ser un cacique”.
No irá ninguna Hermandad
Finalmente, descartó que otra hermandad sevillana fuera a ocupar el vacío que deja la imagen de Ntro. Padre Jesús de las Tres Caídas, y no consideró que la decisión fuera “una derrota ni de Rouco, ni del hermano mayor ni mía”. “Tengo la conciencia tranquila y adivino el futuro con esperanza”, añadió.