(Interfax/Zenit/InfoCatólica) Al visitar Katyn, el Patriarca Kiril pudo ver la maqueta de la Iglesia memorial de la Resurrección, que se está construyendo en el lugar, y cuya primera piedra colocaron los primeros ministros de Rusia y Polonia el pasado mes de abril. El jefe de la Iglesia ortodoxa manifestó su deseo de que esta iglesia “llegue a ser un lugar de ardiente oración para todos aquellos que visiten Katyn."
“Dejemos que este sufrimiento compartido, este dolor compartido y esta sangre compartida nos reconcilie por encima de los desacuerdos históricos y de otro tipo”, dijo el Patriarca ruso. “Nada reconcilia a los pueblos más que el sufrimiento compartido”, añadió.
El prelado mostró su esperanza de que Katyn se convierta en “un lugar de sagrada memoria que nos ayude a entender claramente el significado del proceso histórico, y que al mismo tiempo sea un lugar de oración común”. "Rezo por nuestra reconciliación y espero un futuro pacífico y próspero de las dos naciones eslavas en nuestros países”, subrayó.
La masacre de Katyn
La masacre de Katyn –asesinato masivo de oficiales y funcionarios polacos recluidos en los campos de concentración de Ostashkov, Kozielsk y Starobielsk, por obra del Ejécito Rojo– fue hecha pública por la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial, cuando el ejército alemán invadió la Unión Soviética, en 1943. El hecho supuso una gran herida en las relaciones entre Polonia y Rusia, entre otras razones, porque el reconocimiento de los hechos no se produjo hasta 1990.
El pasado 10 de abril, precisamente con motivo de la conmemoración de esta masacre, perdió la vida en un accidente aéreo el Presidente de Polonia Lech Kaczyński, junto con numerosas autoridades religiosas, civiles y militares.