(Agencias/InfoCatólica) Sobre el viaje, Benedicto XVI dijo que se puede definir como un "evento histórico", ya que ha sido la primera vez que un Obispo de Roma visita Chipre, desde donde comenzó a evangelizar san Pablo y san Bernabé. El Papa recordó que había viajado a la isla, corazón del Mediterráneo oriental, para confirmar en la fe a las pequeñas iglesias católicas de rito oriental, que viven entre musulmanes, judíos y ortodoxos y volvió hoy a implorar a los cristianos que no se marchen de Tierra Santa ya que su presencia es un signo de esperanza.
El Papa reiteró la necesidad de que la comunidad internacional mantenga su compromiso de ayudar a la región de Oriente Medio “para que pueda superar la situación de sufrimiento y el conflicto que aún la aflige y reencontrar finalmente la paz en la justicia”. “Que el pueblo chipriota y las otras naciones de Oriente Medio, con sus gobernantes y representantes de las diferentes religiones, construyan un futuro de paz, de amistad y de fraternal colaboración”, pidió el Santo Padre.
Unidad de los cristianos
Benedicto XVI reiteró también la necesidad de la unidad de los cristianos, porque la división es un escándalo y quita credibilidad a la hora de divulgar el Evangelio y recordó que en los encuentros con el jefe de la Iglesia Ortodoxa Chipriota, Crisóstomos II, había abogado por esa unidad.
El Papa pidió también a los miles de fieles presentes que recen por los sacerdotes en este Año Sacerdotal, que clausurará oficialmente mañana en el Vaticano con una misa solemne a la que asistirán más de diez mil curas de todo el mundo.