(AsiaNews/InfoCatólica) El Tribunal Superior de Gujarat permitirá abortar a una niña de 13 años que resultó embarazada tras ser violada y actualmente sigue en estado de shock. La decisión fue tomada el pasado 10 de mayo y revoca la decisión del tribunal local del 30 de marzo, que denegó la solicitud de aborto realizada por la madre de la niña. El alto tribunal considera que el nacimiento del bebé es un peligro para la salud física y mental de la niña, y que además podría ocasionar a la familia problemas futuros de tipo social y económico.
El aborto es legal en India desde 1971. Son las mujeres de las clases sociales más pobres quienes por lo general lo practican. Incapaces de cuidar de los no nacidos, prefieren eliminarlos. En el caso de la violencia sexual contra menores de edad, muy extendida entre la población pobre, los tribunales resuelven el problema forzando a las víctimas a abortar.
En declaraciones a AsiaNews, Monseñor Agnelo Gracias, Presidente de la Comisión de Familia y Vida de la Conferencia Episcopal de la India, abordó el caso distinguiendo entre lo moral y lo legal. "No todo lo legalmente permitido es moralmente admisible –dijo el obispo–. Por poner un claro ejemplo: Hace algunos años, la prensa informó sobre la iniciativa de algunos legisladores holandeses a favor de legalizar la bestialidad. Incluso si tal cosa sucediera, la bestialidad nunca podría ser moralmente admisible. Por lo tanto, estos comentarios no se refieren a la legalidad del caso, sino a la moralidad del mismo".
El arzobispo Gracias no reduce el carácter dramático del caso. "Para la niña –dice– debe haber sido una experiencia terrible y todos nos compadecemos con ella; pero esto no justifica el aborto. La vida humana que está dentro de ella es inocente y no merece la muerte".
Para el prelado, la compasión debe ir acompañada de apoyo activo. "Tenemos que ayudar a la chica a salir del trauma –dice– y a encontrar una solución para el niño, dándolo en adopción, de modo que, sin humillación, la víctima pueda comenzar una nueva vida y conceder al bebé un futuro. La Iglesia prestaría asistencia de buen grado, si se necesita".
"Junto con el apoyo –añadió– hay que evitar la repetición de casos de violación. Las penas ejemplares para los criminales podrían servir como elemento disuasorio y un sistema de justicia rápida haría que los criminales entendieran que la violencia sexual se tolera en una sociedad civilizada. La Justicia debe castigar a los criminales y no a los inocentes".