(Aci/InfoCatólica) "Se habla de una cuarta parte del secreto de Fátima, pero esta parte no existe. Se trata, más bien, de una afirmación gratuita, que no tiene fundamento en la realidad de las cosas", afirmó el cardenal.
Como se recuerda, durante la beatificación de los pastores Francisco y Jacinta Marto, el 13 de mayo de 2000, el Papa Juan Pablo II pidió al Cardenal Angelo Sodano leer el contenido del llamado "tercer secreto", el cual fue publicado el 26 de junio de ese año, junto a un comentario teológico del entonces Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Cardenal Joseph Ratzinger. La interpretación del texto se centró, sobre todo, en la lucha del comunismo contra la Iglesia y en los sufrimientos de las víctimas caídas durante las persecuciones anticristianas del siglo XX.
Una parte del escrito habla de un "sacerdote vestido de blanco" que sube a un monte caminando sobre los cadáveres de miles de personas y cuando llega a la cima es traspasado por flechas bajo las cuales sucumbe. Esta última imagen fue identificada por el mismo Juan Pablo II con el atentado que sufrió a manos del turco Mehmet Ali Agca el 13 de mayo de 1981 y del cual se salvó, aseguró el Pontífice, gracias a la intervención de la Virgen de Fátima.
El Papa ayer se refirió a la interpretación teológica del "tercer secreto" de Fátima
Ayer durante el viaje en avión a Lisboa, a la pregunta de qué significado tienen hoy las Apariciones de Fátima y si creía cuando presentó el texto del tercer secreto de Fátima en el año 2000 que podía referirse no sólo al atentado contra Juan Pablo II sino a otros sufrimientos del Papa, Benedicto XVI respondió afirmativamente. "La Virgen de Fátima, que para nosotros es un signo de la presencia de la fe", se manifiesta a los niños, pero no se limita a ellos, sino que "tiene un mensaje para todo el mundo". En las apariciones de la Virgen María "se esconde un contenido más profundo, que va más allá" de la expresión concreta de las personas a quienes se aparece, por lo que "toda su profundidad sólo podemos verla en el transcurso de la historia". Así, "la gran visión del sufrimiento del Papa" podemos "en primera instancia referirla al Papa Juan Pablo II", pero también en ella "se habla, se ve la necesidad de una pasión de la Iglesia, que naturalmente se refleja en la persona del Papa", de modo que "se anuncian los sufrimientos de la Iglesia".
Benedicto XVI continuó diciendo que "el Señor dijo ya que la Iglesia siempre sería sufriente, en diversas formas, hasta el fin del mundo", y que lo importante es que el mensaje de Fátima sustancialmente se refiere "no a una devoción particular", sino "a la respuesta fundamental, que es la conversión permanente, la penitencia, la oración y las tres virtudes cardinales: fe, esperanza y caridad", que es "la respuesta verdadera y fundamental que hoy la Iglesia, cada uno de nosotros, debemos dar en las situaciones presentes".