(Sic/InfoCatólica) El objetivo del encuentro es analizar las múltiples causas y las consecuencias para el trabajo de la Iglesia de los flujos migratorios en Europa. El desarrollo de la temática seguirá por lo tanto un recorrido en tres momentos, deteniéndose sobre los desafíos puestos a tres "instituciones" que principalmente son interpeladas por el fenómeno migratorio. Este recorrido será una oportunidad para determinar los miedos que hay que superar y también diseñar perspectivas para la nueva evangelización del continente.
Ante todo la familia, la célula base de nuestras sociedades, para continuar con las parroquias, aquellas realidades, cada vez más interculturales, donde se realiza en ámbito eclesial el encuentro de cada inmigrante con la comunidad local y llegar en fin a la reflexión sobre la realidad social más vasta: la sociedad. En cada uno de estos tres momentos, después de una introducción, se dará una respuesta desde el punto de vista eclesial, para verificar qué hace la Iglesia y qué tiene que hacer, y una desde el punto de vista de la política, para verificar qué están haciendo o tienen que hacer los Estados.
Erradicar los brotes de miedo y recelo
Según manifestó ayer monseñor José Sánchez, obispo de Sigüenza-Guadalajara y presidente de la Comisión Episcopal Europea de Migraciones, en un encuentro con periodistas en la sede de la Conferencia Episcopal Española, la Iglesia católica constata que "Europa está en movimiento, tanto por la creciente movilidad social como por el fenómeno de la inmigración". Y también está convencida que los inmigrantes son los primeros en ser afectados por la crisis, que puede provocar "miedo y recelo" en las poblaciones autóctonas. De ahí que monseñor Sánchez advierta que "los inmigrantes no vienen a meternos miedo ni a invadir el país ni a conquistarnos, sino a trabajar".
Según monseñor Sánchez, "la crisis ha acentuado la problemática social de la inmigración", y hasta "ha provocado ciertos brotes de miedo y recelo", que, como asegura el secretario general de la CCEE, el portugués Duarte da Cunha, son "episódicos y que no se pueden generalizar".
El director del secretariado de la comisión episcopal de migraciones, el jesuita José Luis Pinilla añadió que "desde la movilidad actual, la inmigración hay que considerarla una oportunidad", así como que, "en un mundo tan globalizado, no se pueden poner puertas al mar ni barreras a la inmigración", por lo que "es importante erradicar manifestaciones concretas que atentan contra la libertad religiosa o que tiendan a considerar al extranjero como mera mercancía de trabajo".