(Javier Lozano/LD/InfoCatólica) Los grupos integrantes de Europa Laica hablan de malversación de fondos públicos porque “ese dinero se detrae de la recaudación de todos los contribuyentes”. Incluso acusan a los que las marcan de no cumplir con su deber de ciudadanos.“Quienes marcan estas casillas reducen su aportación a los gastos públicos en un 0,7%, conculcando el artículo 31 de la Constitución española que señala que debemos contribuir a los gastos públicos en condiciones de igualdad”, aseguran.
La casilla de la Iglesia no es el único objetivo del lobby laicista. Tampoco quieren la de fines sociales. A su juicio, lo más grave es que “aproximadamente un 40% de lo que se recauda por este concepto se entrega a organizaciones y fundaciones católicas; de ahí que la jerarquía católica anime a marcar ambas casillas”. Uno de los motivos principales por los que exigen la eliminación de la casilla de la Iglesia, principal objetivo de los laicistas es que tan “sólo” el 34% de los contribuyentes marcó esta casilla.
Laicismo agresivo financiado por el Ministerio de Justicia
La plataforma está indignada con el hecho de que sean los propios ciudadanos, más de 8 millones, quienes marquen voluntariamente esta casilla. Sin embargo, Europa Laica no encuentra inconveniente en que su propia financiación provenga del Ministerio de Justicia, a través de la fundación Pluralismo y Convivencia, cuyo patronato preside el ministro Francisco Caamaño. Recibe estos fondos para fomentar la libertad religiosa, aun cuando sea ésta una de las organizaciones laicistas más agresivas sobre todo con el catolicismo.
Pero el fondo de esta campaña queda meridianamente claro una vez que publican su alegato. Así, estas plataformas, entre las que se encuentra Cristianos por el Socialismo, entre otras, afirman que la Iglesia y las organizaciones católicas “dedican parte de sus recursos a sufragar costosas campañas para promover la represión sexual, la discriminación por razón de género u orientación sexual, contra la libertad de la mujer para decidir sobre su maternidad, contra los avances científicos para mejorar las condiciones de vida y de salud, o contra la eutanasia y la muerte digna, muchas veces con agresivas acciones para deslegitimar leyes aprobadas por el Parlamento”.
Aquí está la verdadera clave de la campaña. Estas plataformas están en contra de las ayudas a organizaciones como Cáritas u otros grupos caritativos que trabajan por los más necesitados y que ayudan a los 4,6 millones de parados que hay en España. Prefieren que las ayudas se destinen al aborto, eutanasia o al lobby homosexual.