(Agencias/InfoCatólica) Miles de personas asistieron ayer en la capital vallisoletana a la ceremonia de beatificación del padre Bernardo Francisco de Hoyos, jesuita natural de la localidad vallisoletana de Torrelobatón, cuyo día se celebrará a partir de ahora el 29 de noviembre de cada año.
Así, la ceremonia empezó en torno a las 10.30 horas aunque desde primera hora de la mañana miles de fieles esperaban para acceder al recinto situado en la Acera de Recoletos, donde se instaló un altar de finales del siglo XIX, guardado especialmente para este día. En la ceremonia interpretaron los cantos religiosos los coros Diocesano, Diocesano Joven y Diocesano de Niños, dirigidos por Diego Gutiérrez y con Pilar Cabrera al órgano.
La misa comenzó con una reseña de la biografía del Padre Hoyos, quien nació en 1711 en la villa de Torrelobatón y "sintió la vocación de entregarse a Dios en la Compañía de Jesús". "Parece que los buenos ejemplos de los novicios influyeron en la decisión del Siervo de Dios. Pero no fue fácil", incidió el arzobispo de Valladolid, Monseñor Ricardo Blázquez, encargado de narrar la vida del jesuita.
Por su parte, el prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, Monseñor Angelo Amato, destacó el significado de la beatificación del Padre Hoyos, que, a su juicio, es un "preclaro testimonio de la presencia en la Iglesia de sacerdotes santos".
Durante la homilía, el prelado italiano Amato recordó que todos los bautizados están "llamados a la santidad" que, a su juicio, "no debe ser exclusiva de los sacerdotes y de los consagrados".
Monseñor Amato invitó a los jóvenes cristianos a "permanecer firmes en sus buenos propósitos" mientras que destacó que el Padre Hoyos, como religioso, exhortó a sus hermanos a "vivir una existencia virtuosa, sólo posible como fruto de la gracia que proviene de los sacramentos de la reconciliación y la Eucaristía".
La devoción al Sagrado Corazón de Jesús, instrumento de santificación y apostolado
El Prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos destacó igualmente la capacidad del Padre Hoyos de "acoger en armonía con la mística ignaciana la devoción del Sagrado Corazón de Jesús" e incidió en que fue el primero en considerar la "importancia de esta devoción" como un "instrumento de santificación y de eficaz apostolado".
El representante del Papa Benedicto XVI en la beatificación criticó el "sentimentalismo superficial" y, por contra, defendió "la auténtica vivencia de caridad". En concreto,incidió en que el beato ofrece un "extraordinario mensaje de bondad y caridad".
Además, Monseñor Amato aseveró que la espiritualidad de Bernardo Francisco de Hoyos fue "fuente de una cuádruple experiencia" de "transfiguración", pues fue un "apóstol inflamado de caridad"; de "aceptación interior del sacrificio"; de "oración continua y de diálogo de amor", y de santificación, pues "buscó en el corazón de Cristo el alimento para su fe, la ayuda para su fidelidad sacerdotal, la creatividad para su apostolado y la alegría de su vida de gracia".
Asimismo, el prelado señaló que la beatificación es un "gran honor" mientras que incidió en que "su fama de santidad ha sobrevivido" al paso del tiempo y a los "años difíciles" de la supresión de la compañía jesuita. "Fue un enamorado del Corazón de Jesús", añadió.