(Fides/InfoCatólica) Esta semana hubo dos atentados terroristas en la isla: una bomba afectó un palacio gubernamental, y la otra la Catedral católica de la ciudad, dañándola gravemente. Los enfrentamientos armados entre milicianos terroristas y las fuerzas del orden dejaron un saldo de 15 víctimas. Monseñor Jumoad aseguró a Fides que en Basilan la población es musulmana en más del 60% y que solo en un 40% es cristiana. El Obispo dijo que había recibido apoyo de las autoridades civiles.
"Es la primera vez que somos atacados tan directamente y con tal fuerza. En el pasado he recibido cartas amenazadoras y diversas intimidaciones. Ha habido pequeños atentados, pero hoy es muy diferente. Pudo haber sido una tragedia. Temo seriamente por mi vida y por la de los fieles. Sin embargo hoy he ido por las calles alentando a los fieles: es mi misión".
"He preparado una Carta pastoral en la que invito a los católicos a permanecer en Basilan, nuestra casa; les pido que estén tranquilos, que no reacciones a la violencia y recen por la paz. Hoy un corteo de gente que llevaba velas encendidas en signo de paz ha iluminado la ciudad. Nuestra esperanza no debe morir".
"Uno de los problemas principales es la proliferación de armas en la sociedad y en todo el sur de Filipinas, proliferación que las autoridades se han comprometido en combatir. Además nos han asegurado que las fuerzas de la policía harán su deber en la caza de los responsables, en la lucha contra el terrorismo y garantizando la seguridad a la gente común".
"Pedimos al Papa, a la Iglesia universal y a todas las agencias de ayuda nos ayuden en la pronta reconstrucción de la Catedral, lugar simbólico de nuestra comunidad, lugar donde dar gracias a Dios, donde reunirnos para la alabanza, la catequesis y la caridad".
La isla de Basilan, con Jolo y las islas Sulu, es una de las bases de los terroristas del grupo "Abbu Sayyaf", presente en la lista negra de formaciones terroristas a nivel internacional, que lleva años en la zona, procurando implantar una ideología marcada por el nacionalismo y el extremismo islámico radical. El ejército filipino situado al sur del archipiélago conduce desde hace tiempo una lucha sin cuartel contra el grupo pero hasta ahora no ha logrado desmantelarlo.
Lo sucedido son, según fuentes locales de Fides, actos terroristas en los que se combinan varios elementos, como "la intención de sembrar inestabilidad en la vigilia de las elecciones nacionales (mayo 2010)", la "intimidación a los cristianos" y "un arreglo de cuentas entre milicianos y marines filipinos".