(Agencias/ABC/InfoCatólica) También las autoridades de Córdoba acudieron a felicitarle, casi siempre cariñosamente. El primero de todos, el alcalde de Córdoba, Andrés Ocaña, con quien hubo un “cruce de opiniones” tras el nombramiento de Monseñor Demetrio Fernández como obispo, pero que ayer se disolvió en un fraternal abrazo con promesa de mutua colaboración.
Estaban en la ceremonia de toma de posesión los portavoces de los tres grupos municipales, José Antonio Nieto, Francisco Tejada y Rafael Blanco, y una buena parte de los concejales. La representación de la Diputación Provincial la ostentó su vicepresidenta cuarta. También asistieron el alcalde de Puente del Arzobispo, su pueblo natal toledano, José Luis Rivas; y el de Tarazona, Luis María Beamonte, además del vicealcalde de Toledo y del presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda. No faltaron representantes de los principales movimientos de seglares, entre ellos el presidente de la Agrupación de Cofradías, Juan Villalba.
“Tareas pendientes” encargadas por Monseñor Asenjo
El hasta ayer administrador apostólico, monseñor Juan José Asenjo, le había encomendado “especialmente” al nuevo obispo, Demetrio Fernández, la terminación de algunos proyectos que deja en marcha y que no ha podido concluir. En concreto, se refirió al Museo Diocesano “que mostrará las raíces cristianas de Córdoba” así como la nueva biblioteca de la Diócesis. También le informó de que en los próximos meses tendrá “el privilegio” de inaugurar la parroquia de Nuestra Señora de la Consolación y la nueva Casa Sacerdotal, “que nuestros sacerdotes ancianos y enfermos tanto necesitan y merecen”.
Dentro de las “tareas pendientes” está también continuar y terminar el proceso diocesano de la beatificación de 132 mártires del siglo XX, que arrancó el pasado 16 de enero, y proseguir el desarrollo del Plan Diocesano de Pastoral para el cuatrienio 2009/2012.
Reacciones a las palabras de la homilía de Monseñor Demetrio Fernández
Entre los comentarios a la primera homilía del nuevo obispo de Córdoba, el diario ABC recoge unas palabras de monseñor Sanz Montes, arzobispo de Oviedo: “Don Demetrio fue profesor mío; yo fui su primer alumno”. Desde el primer momento, dijo, vio en él “un grandísimo profesor, pero no únicamente de quien da la ciencia, sino que ayudaba a vivirla cada día”. De él destacó sobre todo un rasgo, el mismo del que hablaban muchos de los concelebrantes: “Es muy claro cuando habla”, algo que ya tuvieron oportunidad de comprobar los asistentes, y que fue comentado también entre los sacerdotes y obispos, admirados de la fortaleza y caridad con la que monseñor Demetrio Fernández habló en su homilía.
“Cuando no buscas el aplauso ni temes la impopularidad eres libre”, resumió el arzobispo de Oviedo, para quien, “a la hora de defender a Dios y lo que Dios ama, que son sus hijos, hay que decir las cosas”. Para él, “Don Demetrio pertenece a esta generación de obispos que se mantiene en esta actitud, que no teme la impopularidad”, sino que busca sólo “acompañar con sencillez al pueblo que se nos ha confiado”. “Un regalo para él y un regalo para la diócesis”, concluyó monseñor Jesús Sanz al hablar del nuevo obispo de Córdoba.