(Agencias/InfoCatólica) El cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez atribuyó ayer la crisis cultural de valores que prevalece en la sociedad dominicana a que cualquier delincuente es un gran señor que sabe matar gente o es un narcotraficante con mucho prestigio. “No vale hoy en día la seriedad, la responsabilidad, el cumplimiento del deber, la honestidad, porque los serios, los honestos y los responsables no convienen, hay que ser un tíguere para echar hacia delante”, sostuvo López Rodríguez.
“Una sociedad permisiva termina no garantizándole nada a nadie”, advirtió el cardenal al describir el panorama de crisis cultural que, a su vez, ha abierto las puertas a la violencia, a los abusos, crímenes y violaciones de todo tipo, cuyos episodios son el pan de cada día en las novedades noticiosas nacionales.
Frente a esta degradación, que todo el mundo la palpa y la siente con profundo dolor, el prelado propone la “reconstrucción de la persona” sobre la base del rescate de los valores que se han diluido.
Esa revolución moral es la que muchos ciudadanos anhelan y reclaman cada día, en la medida en que observan, con estupor y con pena, cómo cualquier gran delincuente, un jefe de banda o de cártel, o un cualquiera bendecido por el lucro de la actividad política, se erige en personaje importante a cuyos pies caen rendidos, tan inmorales como ellos, gentes situadas en todos los estamentos importantes de la sociedad, a los que nada les importa el mejor destino nacional.