(Sic/InfoCatólica) Benedicto XVI recordó que san Antonio de Padua es uno de los iniciadores de la teología franciscana, que se caracteriza por el papel central del amor divino: el “cristocentrismo”. El Santo Padre animó a los fieles a practicar la virtud de la pobreza, la generosidad, la humildad, la obediencia, la castidad y la pureza y, siguiendo a san Antonio, invitó a los ricos a acoger en sus casas a los pobres y dijo que las enseñanzas del santo, fallecido en Padua, tienen gran validez en la época actual, marcada por la crisis económica.
“La crisis financiera y los graves desequilibrios económicos empobrecen a no pocas personas y crean condiciones de miseria. En mi encíclica Caritas in Veritate –dijo Benedicto XVI– señalé que la economía necesita de una ética para su buen funcionamiento, pero no de una ética cualquiera, sino de una ética amiga de la persona”.
En el marco del año sacerdotal y hablando de san Antonio, el Papa pidió a los sacerdotes y diáconos que aprendan “el arte de su predicación” acomodando las homilías a sus fieles, y les invitó a dar en ellas "sólida y sana doctrina" y a ser "incisivos en la comunicación”. El Pontífice XVI también se refirió a la oración, como acto de amor, y exhortó a abrir el corazón a Dios y a “hablar de manera coloquial y afectuosa con él, presentarle nuestras necesidades, alabarle y darle gracias”.