El rechazo de la ley del aborto en el Senado depende de dos senadores

No sé que hará la senadora de CiU, pero es de ilusos pensar que F. J. Tuñón se va a oponer a la Ley del Aborto. Aunque fue propuesto para el cargo por el PSOE y contó con los votos de UPN, en realidad Tuñón es de Izquierda Unida (¿A que resulta ridículo que UPN apoye a un miembro de IU?, ¿no es mejor proponer un candidato propio y perder la votación?). Por lo tanto, Tuñón votará a favor de la ley del Aborto. Todo lo más puede haber un empate.

Nadie está sujeto a nada llamado "disciplina de voto". Las leyes españolas permiten a diputados y senadores votar lo que les dé la gana.

No planteemos como obligación lo que no es sino servidumbre voluntaria (e interesada).

El que vota lo que le dice el partido, obedece porque así lo quiere, no porque tenga obligación (ni siquiera lega, y mucho menos moral) de hacerlo.

Estimado museros:

Sí es cierto que ningún diputado ni senador está condicionado legalmente a lo que se llama "mandato imperativo" pero sí es cierto que la habitual adscripción de los diputados a una agrupación política hace que se vean de alguna forma obligados a seguir las indicaciones de sus líderes respecto a asuntos como éste.

Pero también es cierto que los diputados como cualquier otro ciudadano han de tener un criterio moral propio, personal e inquebrantable por encima de consideraciones de otro tipo. Un católico cuando se presenta como candidato al Congreso o al Senado en una formación política tiene que tener en cuenta consideraciones tan imporantes como el programa político de gobierno de dicha formación.Esta línea programática no es un asunto trivial ni liviano sino de suma importancia ya que cuando esa formación política le incluye en una lista electoral se entiende que asume esa línea programática.

El socialismo español contiene aspectos muy positivos, en mi opinión, en lo que se refiere al ordenamiento social y político de nuestro país. Cierto es también que en esa línea programática hay también abundantes proposiciones que aberran a cualquier católico de buena fe y que no es preciso que enumere. Pienso que para un católico el compartir determinados programas políticos no puede suponer sino un conflicto grave que ha de solucionar conforme a como le dicta su recta conciencia.

Y es en este punto donde se produce el conflicto que se ha de resolver haciendo una elección libre y personal que le despeje cualquier duda. Y en este asunto la elección no puede ser otra que seguir el mandato de Jesucristo o seguir el criterio de un programa político ideado por los hombres.

Yo, lo tendría muy claro. Y pienso que esos políticos católicos deberían tenerlo bién claro, también. A fin de cuentas nadie les pide el martirio sino que sean consecuentes con sus creencias.

Algunos diputados pretendidamente católicos como Pepe Bono o Moratinos parecen tener más confianza en el discurso de sus dirigentes políticos que en el discurso del Papa. Puedo entender que estos políticos tengan una visión crítica del catolicismo cuando se presentan este tipo de conflictos. Lo que no me cabe en la cabeza es que siendo tan críticos con el catolicismo no lo sean en todos los aspectos de su pensamiento.

¿ Como es posible, por ejemplo, que Pepe Bono no tenga dificultad alguna en ser leal a la linea oficial del partido y no tenga ningún inconveniente en mostrarse crítico con la "linea oficial" del catolicismo?

Estos políticos se justifican cuestionando el criterio de los jerarcas católicos y sin embargo se muestran sumisos, mansos y muy leales a sus "jerarcas" políticos.

Mi pregunta es: ¿ A quién diantres quieren engañar?

Que nadie se llame a engaño: Yo respeto mucho a los disidentes. Son esos disidentes los que nadan a contracorriente , los que se muestran críticos con aquello que se les dice. Son esos hombres y mujeres que a fin de cuentas enriquecen a la sociedad.

Esos políticos católicos cuando de votar a favor del aborto y en contra de la vida hacen gala de una disidencia respecto a la Iglesia que es digna de respetar. Podría decirse de ellos que son espíritus libres, librepensadores que se cuestionan todo en la vida y que tienen un criterio propio, personal e intransferible, un sello personal que les hace ser contestatarios.

El problema surge cuando esta actitud es contrastada en su vida política. Participan en Congresos políticos, ponencias, intrincados debates ideológicos pero no vemos en ellos otra cosa que decir amen a todo lo que la mayoría imperante en su partido dice y dictamina. No se cuestionan nada de lo que les diga el partido. Llueva o truene les veremos al lado del líder de turno, bien arrimaditos al poder y según qué viento sople.

No son, en consecuencia, personajes contestarios, rebeldes y con ideas propias. No son librepensadores que se estrujan el cerebro dandole vueltas a las cosas ni gente que no permitan que les hagan comulgar con ruedas de molino.
Son mansos corderitos que siguen como ovejas una rebaño y sin rechistar.

El problema es qué rebaño seguir- El rebaño de la Iglesia no, desde luego, ya que no siguen en absoluto a sus pastores. Siguen a otros pastores en los que parecen tener una fe ciega e inquebrantable.

Por eso, no me convencen.

Podría respetar a esos politicos pretendidamente católicos que votan a favor del aborto si al menos les viera mostrarse críticos, en alguna ocasión, a los dictados del partido. De éstos , en cambio, no me creo nada.

Que voten lo que quieran, son libres a fin de cuentas. Pero, por favor, que no pretendan engañarnos. Eso ni es honrado ni es justo.