(InfoCatólica) José Antonio Kast, candidato del Partido Republicano, se ha convertido en el nuevo presidente electo de Chile tras imponerse en la segunda vuelta electoral celebrada el domingo 14 de diciembre de 2025. Con el 58,16 % de los votos y una diferencia de más de 16 puntos porcentuales, el abogado y político católico derrotó a Jeannette Jara, candidata del Partido Comunista, que obtuvo el 41,84 % de los sufragios. El resultado, con el 99,9 % de las mesas escrutadas y una diferencia superior a los dos millones de votos válidos, marca un cambio de rumbo político significativo para el país.
El presidente saliente, el izquierdista Boric ganó en 2021 con el 55,8 % al hoy presidente Kast. Entonces la prensa señalaba como un hito que era el presidente más votado de la historia de Chile con 4.605.352 votos, hoy Kast tiene casi dos millones más (7.254.850).
Ha vencido en casi todo el país y con un congreso muy favorable para poder llevar a cabo muchas de las medidas propuestas.
Victoria contundente tras revertir el resultado de primera vuelta
La victoria de Kast supone una notable remontada respecto a las elecciones generales, donde había sido superado por Jara. Sin embargo, las encuestas ya pronosticaban su triunfo en el balotaje con más del 55% de los votos, pronóstico que finalmente se cumplió con creces.
La candidata comunista reconoció su derrota a través de la red social X: «La democracia habló fuerte y claro. Me acabo de comunicar con el Presidente electo @joseantoniokast para desearle éxito por el bien de Chile». Jara añadió un mensaje dirigido a sus seguidores: «A quienes nos apoyaron y fueron convocados por nuestra candidatura, tengan claro que seguiremos trabajando por avanzar en una mejor vida en nuestra patria. Juntos y de pie, como siempre lo hemos hecho».
Primer discurso: «Aquí ganó Chile»
En su primera intervención como presidente electo, Kast se dirigió a miles de partidarios congregados en Santiago, haciendo referencia al tercer Domingo de Adviento, conocido como Domingo de Gaudete: «Es un día especial. Es un día que nos acompaña, se da cuenta de los distintos días en los que suceden las cosas. Y este es el día de la alegría».
El dirigente del Partido Republicano agradeció especialmente a su esposa, María Pía, «que va a ser una tremenda primera dama», y subrayó que su actividad política no constituye un sacrificio sino «un privilegio que vivo con una alegría, una pasión, que ustedes no logran imaginarse, y que queremos llevar juntos a La Moneda y realizar ese cambio tan importante».
En un discurso marcado por las referencias religiosas, Kast añadió: «Pero nada sería posible si es que no tuviéramos a Dios. Y eso es algo que no podemos dejar de reconocer», rogando al Señor que le conceda «sabiduría, templanza, fortaleza, para estar siempre a la altura de este desafío».
Llamamiento a la unidad nacional
El presidente electo enfatizó el carácter nacional de su victoria: «Aquí no ganó una persona, no ganó un partido, aquí ganó Chile. Ganó la esperanza de vivir sin miedo. Ese miedo que angustia a las familias. Ganó ese Chile que trabaja, ese Chile que madruga, ese Chile que cría a sus familias a sus hijos, con mucho sacrificio».
Kast anunció que su gobierno se centrará en restablecer el orden: «Vamos a restablecer el respeto a la ley en todas las regiones, sin excepciones y sin privilegios» de ningún tipo. Respecto a su relación con la oposición, el dirigente republicano mostró una actitud conciliadora: «Un gobierno tiene partidarios y tiene opositores. Y eso es normal. Y es legítimo. Y claramente con Janeth Jara tenemos profundas diferencias», pero alentó a «vivir el respeto para poder superar la división».
Felicitación episcopal y llamamiento al diálogo
Los obispos del Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile felicitaron al presidente electo y recordaron que el país «le encomienda la tarea de conducir a la nación en tiempos que demandan lucidez, generosidad y un profundo compromiso con el bien común».
En su mensaje, firmado por el arzobispo de La Serena, René Rebolledo Salinas; el arzobispo de Antofagasta, Ignacio Ducasse Medina; el cardenal Fernando Chomali Garib, arzobispo de Santiago; el obispo de San Bernardo, Juan Ignacio González Errázuriz; y el obispo de Santa María de Los Ángeles, Cristián Castro Toovey, los prelados destacaron que «la elección presidencial renueva la esperanza de avanzar hacia un país más justo, fraterno y solidario, donde la fuerza de la razón prevalezca siempre sobre la razón de la fuerza».
Los obispos animaron a Kast a «promover un ambiente de diálogo, encuentro y respeto, imprescindible para reconstruir la confianza social», y expresaron su preocupación por «la creciente denigración de migrantes y personas vulneradas». Asimismo, reafirmaron su «disposición a colaborar en todo aquello que favorezca la justicia, la fraternidad y la paz social» y encomendaron al nuevo presidente a la protección de la Virgen del Carmen, patrona de Chile.
Perfil del presidente electo
Nacido en Santiago en 1966, José Antonio Kast es abogado y político de larga trayectoria. Descendiente de inmigrantes alemanes y criado en una familia profundamente católica, el líder del Partido Republicano se desempeñó como concejal y diputado de la República durante cuatro períodos consecutivos. Esta es su tercera candidatura presidencial, tras los intentos de 2017 y 2021.
Kast es católico practicante y cercano al movimiento apostólico de Schönstatt. Está casado desde 1991 con María Pía Adriasola Barroilhet, con quien tiene nueve hijos. El político se define como de «derecha a secas» y fue históricamente militante de la Unión Demócrata Independiente, aunque se presentó como candidato independiente en 2017 antes de fundar el Partido Republicano en 2019.
Agenda de gobierno: seguridad y migración
Durante la campaña, Kast centró su discurso en la crisis de criminalidad, violencia y el desborde migratorio que atraviesa Chile, dejando en segundo plano la denominada «agenda valórica». El presidente electo se ha mostrado defensor de «la vida desde la concepción hasta la muerte natural», aunque su propuesta electoral se enfocó principalmente en temas de seguridad pública.
Respecto a la inmigración irregular, Kast ha endurecido su discurso y propone que los 336.000 migrantes indocumentados que residen en Chile regresen voluntariamente a sus países de origen, colaborando con el pago de su pasaje de regreso. En caso de no hacerlo voluntariamente antes del inicio de su mandato, el presidente electo ha advertido con sanciones: «Si alguien no sale voluntariamente y tenemos que buscarlo y expulsarlo, nunca más va a entrar a suelo chileno», según recoge El País.
Esta propuesta fue criticada por el arzobispo de Concepción, Sergio Pérez de Arce, quien consideró que «la respuesta a los migrantes en situación irregular en el país no puede ser solo el 'te vas ahora, voluntariamente, o te echaremos con lo puesto' en 100 días más». Kast respondió en el último debate: «Comparto su preocupación», moderando el tono de su campaña y lamentando que la situación migratoria se haya visto agravada por el actuar de mafias.
José Antonio Kast asumirá la presidencia de Chile el 11 de marzo de 2026, fecha en la que también tomarán posesión los parlamentarios electos en noviembre.
«Defendamos sin miedo y sin complejos nuestras ideas»
Estuvo presente el XXIV Congreso de Católicos y Vida pública, con una ponencia titulada ‘Fe católica y legado hispánico’ en la que abordó diversos aspectos relacionados con la religión, como la defensa de los valores del humanismo cristiano a través de la educación, el legado de la evangelización en Hispanoamérica o los problemas causados por la crisis de conceptos imperante en las sociedades occidentales. Kast afirmó ser «un orgulloso católico» y habló de uno de los mayores problemas de la Iglesia del siglo XXI: el rápido descenso de los índices de participación de católicos: mientras ya que mientras en 1995 el 80% de chilenos eran católicos, actualmente solo lo son el 59%.
Sobre la crisis de conceptos actuales como «matrimonio», «familia», «educación» o «secularización» el político declaró que no podemos negar lo que somos: «No siempre tenemos la fuerza para defender las cosas que vivimos». Según Kast, todavía hay mucho que hacer para conseguir que los jóvenes se entusiasmen por la religión y continuó profundizando en la permanente tensión entre marxismo y capitalismo vivida en Hispanoamérica: «Tenemos mucho que aportar desde nuestra fe», expresó.
Finalmente, recordó los deberes del creyente apuntando que un cristiano debe usar el mundo para hacer el bien y no servirse del mundo: «Tenemos que ser consistentes con el mandato más sencillo que nos dio Cristo», en referencia a la expansión de la fe. Para él, los principales pilares del cristianismo deben ser Dios, patria, familia y libertad, y, por ello, lanzó una propuesta a los asistentes: «Los invito a llevar la contraria allá donde esté asentada una ‘no-verdad’». La conferencia concluyó con una rotunda frase: «Defendamos sin miedo y sin complejos nuestras ideas».
