Soberanía social de Cristo: «solución del gran problema de las sociedades modernas»
Ángel García Logrosán

«Tradición doctrinal riquísima» arrinconada

Soberanía social de Cristo: «solución del gran problema de las sociedades modernas»

Entrevista sobre la reedición de un libro clásico que trata los temas de la soberanía social de Cristo, la secularización, la privatización de la fe, la verdad sin complejos y el debate sobre si el liberalismo es compatible con la fe católica.

(InfoCatólica) En esta entrevista, Ángel García Logrosán nos habla de un proyecto audaz: la reedición del libro El reinado social de Jesucristo. Se trata de un libro anteriormente descatalogado que trata un tema tabú: la doctrina sobre la soberanía social de Cristo, proclamada en la encíclica Quas Primas de Pío XI y hoy casi completamente olvidada.

Ángel es esposo de una mujer maravillosa, padre de familia (esperando su quinto retoño), ingeniero y amigo de la Asociación Rescoldo Hispánico. El libro ha sido reeditado por la editorial Vita Brevis, en colaboración con Rescoldo Hispánico.

- ¿Qué os llevó a rescatar este libro y reeditarlo?

En realidad, el comienzo fue muy sencillo. Éramos un grupo de amigos que queríamos leer El reinado social de Jesucristo y sólo encontrábamos una edición digital con tipografía antigua, incómoda de leer. Empezamos simplemente por deseo de tener el texto bien maquetado para uso propio. Pero, a medida que avanzábamos, nos dimos cuenta de que el trabajo que estábamos haciendo podía servir a muchos más, y nos planteamos seriamente reeditar el libro.

Durante la lectura, nos encontramos con una obra que llevaba décadas fuera de circulación y que, sin embargo, respondía con una claridad sorprendente a debates que hoy están muy vivos dentro de la Iglesia. Vivimos tiempos de mucha confusión, en los que a muchos católicos se les repite que la fe debe quedar confinada a lo privado. Ramière desmonta esa idea con una sencillez desarmante: muestra que Cristo no reina sólo en la intimidad del alma, sino que su señorío tiene también una dimensión social, cultural y pública.

Por eso decimos que esta reedición nace de un afán apostólico, no de la nostalgia. Vimos que muchos católicos jóvenes no tienen acceso a obras que expliquen con serenidad y profundidad qué significa la Realeza de Cristo sobre las personas y sobre la sociedad. Reeditar el libro era, en cierto modo, devolver al debate actual una doctrina que nunca ha sido revocada, aunque durante mucho tiempo haya sido silenciada o arrinconada.

En resumen, nos llevó a rescatar este libro una mezcla de cosas muy concretas y muy hondas: el deseo de leerlo bien, el impacto que nos causó al descubrir su actualidad y la convicción de que hacía falta volver a poner sobre la mesa, con voz clara, qué quiere decir hoy confesar que Cristo es Rey.

- En la nueva edición se ha añadido un subtítulo muy provocativo: «La soberanía reside en el pueblo Dios». ¿Por qué esta modificación?

Hemos querido introducir un eslogan que es una declaración de intenciones: no queremos maquillar lo que la Iglesia siempre ha enseñado, que la soberanía última pertenece a Dios. Hoy se repite tanto que «la soberanía reside en el pueblo» que muchos católicos lo aceptan sin pensar. Es una crítica a una idea que hoy es sistémica: la idea de que el hombre es el centro absoluto y la medida de todas las cosas.

La corrección del eslogan, tachando «el pueblo» y escribiendo «Dios», es pedagógica. Queremos que quien abra el libro entienda desde la primera página que la autoridad humana no se sostiene sobre sí misma: se recibe de Dios y se ordena a un bien superior. Es un recordatorio necesario en un tiempo donde todo se relativiza. Citando al propio padre Ramière en la introducción de su libro, «el problema capital del presente siglo es el de las relaciones de la Iglesia con las sociedades modernas. ¿Estas sociedades son o no independientes, en el orden moral, de toda autoridad sobrenatural?».

- ¿Por qué hablar hoy del reinado social de Cristo?

Porque la secularización ha convencido a muchos de que Cristo es rey solo del corazón, pero no de la historia ni de los pueblos. Cuando la fe se arrincona a lo privado, la sociedad pierde su brújula moral y se abre paso a una cultura a la que le da exactamente igual lo verdadero. El reinado social de Cristo no es un adorno litúrgico: es una verdad que tiene consecuencias prácticas.

Además, el hombre moderno vive con un vacío enorme. Se le ha dicho que él es su propio dios y que construya el mundo a su medida. Y cuando descubre que no puede, cae en el desánimo o en la rabia. Recordar el reinado social de Cristo es recordarle que no está solo, que la historia tiene un sentido y que la política también puede ser un lugar de servicio a la verdad.

En palabras del propio padre Ramière: «LA SOBERANÍA SOCIAL DE JESUCRISTO: he aquí el terreno que debe reunir a todos los verdaderos católicos, por más divididos que puedan hallarse en las cuestiones políticas. Para todo hombre que no ha renunciado a su título de cristiano, es esta la única solución del gran problema de las sociedades modernas».

- ¿Quién fue Ramière y qué aporta hoy?

El P. Enrique Ramière fue un jesuita de una lucidez admirable, que entendía perfectamente los cambios políticos y culturales de su tiempo. Así mismo fue fundador del Apostolado de la Oración con el claro objetivo de reunir la devoción al Sagrado Corazón de Jesús con la idea de Cristo Rey, tal y como lo propuso el Papa Pio XI en su famosa encíclica Quas Primas.

Lo interesante es que no se dejó arrastrar por las modas intelectuales, pero tampoco se limitó a repetir fórmulas. Sus textos respiran fidelidad y, a la vez, una preocupación real por el mundo.

Su aportación hoy es clarísima: ofrece una síntesis sólida y accesible de lo que la Iglesia siempre ha enseñado sobre el origen divino de la autoridad, el papel del Estado y el lugar de Cristo en la vida pública. No es un manual académico, es un libro que ilumina y ordena el pensamiento en un momento donde todo parece estar patas arriba.

Asimismo es autor de otros libros como El Apostolado de la Oración, Las Esperanzas de la Iglesia o El Corazón de Jesús y la divinización del cristiano, entre otros.

- ¿Qué os sorprendió más del libro?

Lo primero que nos sorprendió fue su actualidad. Es un libro escrito en otro siglo —como el mismo Ramiére dice, «en vísperas del Concilio», refiriéndose al Vaticano I— pero parece una respuesta a los dilemas actuales. Hoy más que nunca está vigente el debate sobre si el liberalismo es compatible o no con la fe católica.

Así, el P. Ramière puede aportar luz a este debate, puesto que describe con precisión cómo, cuando el hombre se separa de Dios, la política se convierte en una especie de religión alternativa. Basta mirar nuestro entorno para ver que sigue pasando

También nos impactó la serenidad con la que escribe. No hay estridencias ni exageraciones. Explica la doctrina de siempre con una firmeza y claridad que hoy muchos echamos de menos. Eso demuestra que se puede hablar de estas verdades sin complejos y sin pedir perdón por creer en lo que la Iglesia enseña.

- ¿Qué luz ofrece a quienes dudan sobre fe y vida pública?

El libro ayuda a entender que la Iglesia nunca ha pedido que los católicos vivan divididos entre lo que creen y lo que hacen en la esfera pública. La fe no es un accesorio privado: moldea el juicio, la cultura y el modo de comprender la sociedad. Ramière muestra que es perfectamente posible ser ciudadano y, a la vez, discípulo coherente de Cristo.

Además, evita dos errores habituales: por un lado, el clericalismo que quiere que la Iglesia gobierne directamente; en el lado opuesto, la privatización de la fe, que reduce el cristianismo a espiritualidad intimista. Ramiére enseña que Cristo reina, y que los cristianos están llamados a transformar la sociedad desde dentro, con libertad y responsabilidad.

- ¿Es compatible el reinado social de Cristo con la democracia moderna?

Sí, siempre que entendamos la democracia como un sistema de participación y no como una nueva religión que descansa en el principio de la soberanía popular (lo que en términos aristotélicos sería una ‘república’). Ramière no rechaza las distintas formas políticas en la medida en que estén orientadas al bien; lo que rechaza es que se conviertan en fuentes absolutas de moral y verdad.

El problema es pensar que el voto humano crea lo que está bien y lo que está mal. Precisamente porque el hombre puede equivocarse, la sociedad necesita fundamentos superiores. El reinado social de Cristo no anula la libertad política: la libera del capricho y la orienta hacia la justicia.

Ahora bien, no nos engañemos, lamentablemente nuestras democracias modernas están sometidas, como indica el P. Ramière a una «servidumbre y degradación de que sólo pueden librarse apoyándose en la influencia esencialmente liberadora y divinamente progresiva de la Iglesia de Jesucristo».

- ¿En qué consiste la verdadera soberanía según Ramière?

Para Ramière, la soberanía es la autoridad última que da sentido, orden y legitimidad a la vida social. Y esa autoridad solo puede venir de Dios, porque el hombre no puede darse a sí mismo un fundamento absoluto sin caer en contradicciones. Si el hombre es medida de todas las cosas, al final no queda medida ninguna.

Decir que la soberanía reside en Dios significa reconocer que nuestra autoridad es recibida, no inventada. Eso nos hace más responsables, no menos libres. El gobernante debe servir a un orden moral que él no crea, y el pueblo sabe que su dignidad no depende del Estado, sino de su condición de hijos de Dios.

- ¿Cuál es la tesis central del libro?

Que Cristo no solo reina en el cielo o en la conciencia individual, sino también sobre la vida social. Su reinado no es un mero símbolo, sino una verdad que hace más libre al hombre y que orienta la política, la cultura y la ley. Sin esa referencia, la sociedad acaba adorando otros ídolos: el poder, el dinero o el propio Estado.

La otra gran tesis es que la autoridad humana tiene límites. Cuando se olvida su origen divino, se vuelve autoritaria o caprichosa. Cuando se reconoce su origen, se convierte en un servicio. Ramière recuerda que Cristo es Rey para salvar, y que la sociedad florece cuando vive según ese orden.

- ¿Qué aporta esta reedición al mundo católico actual?

Aporta claridad doctrinal en un momento de confusión. Muchos católicos intuyen que algo no encaja cuando se les dice que la fe debe limitarse al ámbito privado. Este libro les da las herramientas para entender por qué la Iglesia siempre ha defendido la presencia pública de Cristo.

También aporta memoria. Hay una tradición doctrinal riquísima que se ha dejado arrinconar. Recuperarla no es volver al pasado, sino recuperar un patrimonio que sigue siendo válido. La reedición reabre un debate que la Iglesia necesita para afrontar los desafíos culturales de hoy.

- ¿Para qué tipo de lector es este libro?

Cualquier católico interesado en comprender su fe en relación con la sociedad encontrará aquí una guía clara. No hace falta formación teológica previa: Ramière escribe con sencillez y sentido común. El libro se puede leer como una introducción a la doctrina social de la Iglesia desde su raíz más esencial.

Pero también es útil para quien trabaja en política, educación, comunicación o pensamiento social. No ofrece recetas partidistas, sino principios sólidos que ayudan a discernir. En un mundo donde todo se reduce a opinión, este libro devuelve al lector el gusto por la verdad.

- ¿Incluís prólogo o material nuevo?

Sí, porque creíamos necesario contextualizar la obra sin deformarla. Un libro clásico como El reinado social de Jesucristo no necesita maquillaje, pero sí un marco que ayude al lector de hoy a situarlo.

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18 comentarios

Tomás
Gracias por traer a la vida normal una verdad tan profunda que parece que solo se reza en misa («Tuyo es el reino, el poder y la gloria, por siempre, Señor») y sin embargo se extiende a la vida social.
11/12/25 12:46 PM
Andrés Éfeso
Como Cristo no reine antes en las almas de todos los católicos, poco va a reinar en la sociedad. Ahora en la Iglesia no reina Jesús, sino la indiferencia.
11/12/25 1:31 PM
Cristián Yáñez Durán
La realeza social de Cristo no es compatible con la democracia moderna. Ésta se funda en la soberanía popular como fuente de toda legitimidad y del bien y la verdad.
Una democracia cuyo fundamento es la realeza social de Cristo, es democracia en cuanto a la designación del gobernante y secundariamente en cuanto a la participación, pero excluye ex toto la soberanía popular, porque la soberanía sólo es de Dios. Por consiguiente, nada tiene que ver con la democracia moderna.
11/12/25 2:09 PM
Lector
Es absurdo quemar los días de la breve vida soñando con instaurar teocracias.
11/12/25 2:36 PM
Hugo Z. Hazckenbush
El problema reside en que cuando habláis de soberanía pública y política de Dios, lo que presentáis els soberanía de la jerarquía eclesiástica, de VUESTRA visión de Dios y de vuestros intereses económicos y de poder.
No cuela
11/12/25 2:49 PM
Ada, aka Sonia S
Hola,

ayer escuche el discurso de Jorgen Watne Frydnes en la entrega del nobel de la paz a Corina Machado. Un discurso brillante y emotivo. Un discurso contra el autoritarismo y sus perversiones. Degeneraciones que son de sobra conocidas por la historia. Y en el presente como señaló Mr. Frydenes ayer.

Un discurso que alaba a la democracia como colegio de ciudadanos libres, formados y capaces. El problema de la democracia no creo que sea intrínseco, el problema de la democracia no ella misma, sino de los demócratas que la pueblan y que no lo son. Solo hay que efectuar una mirada a España o a USA.

Pienso que instaurar una teocracia padecería los mismos vicios que en una democracia y me atrevo a decir que peores. Existen todavía teocracias en el planeta.

En fin, un discurso conmovedor.

Saludo,
11/12/25 3:33 PM
Masivo
El orden político moderno nace de la paz de Westphalia, que fue declarada nula por el Papa. La Iglesia debería en consecuencia rechazar explicitamente a todos los Estados modernos, demócratas o no y, es más, exigir recuperar el gobierno temporal de sus posesiones en Francia, Alemania, Polonia etc de que fue privada en los siglos XVIII y XII. Qué mejor para asegurar el Reinado Social de Cristo que volver al gobierno de Príncipes-Obispos o de órdenes militares
11/12/25 3:34 PM
santiago
Muy bueno todo lo que dice. Hace un siglo, con sociedades mayoritariamente católicas, los politicos podían darse el lujo de dejar las Enseñanzas de Cristo apartadas del "estado laico". Hoy, se cae a pedazos aquel proyecto, porque las sociedades secularizadas solo dan frutos amargos. y que viva Cristo Rey!
11/12/25 3:43 PM
Tomás
Hugo: Léase el libro y luego comente con fundamento porque no es la visión de cuatro iluminados sino del mismo Cristo NS y de la doctrina perenne de la Iglesia Católica.

Lector: haga honor a su nombre y lea el libro antes de opinar tonterías.

Cristian Yáñez Durán: cuando en el libro se habla de Democracia se entiende en un sentido lato, como simple forma de participación para elegir al gobernante. El sentido de la democracia moderna liberal es del todo incompatible con los fundamentos mismos de la doctrina social católica. Eso, entiendo yo, queda claro en la entrevista y en el libro (si se lee).

Andrés de Éfeso: la acción es doble. Conversión de los corazones y reconocimiento social para que las leyes y las costumbres se adecúen a la vida espiritual

11/12/25 3:47 PM
Francisco Javier
El problema actual esta dentro de la misma iglesia catolica no de los sistemas de gobierno. Cristo ya ni siquiera reina en las mentes de muchos jerarcas, ordenes religiosas e instituciones de la Iglesia, tuvimos un papa que incluso hablo mal de que hubieran estados confesionales católicos o sea llegamos al punto de tener un papa defensor del estado laico ¿como vamos a esperar que asi Cristo reine en la mayoría de los laicos católicos? La gente mejor se va de la Iglesia decepcionada.
11/12/25 4:12 PM
Cristián Yáñez Durán
¿Teocracia? Se ve que "Lector" ni siquiera sabe que es Teocracia.
El único caso de un gobierno directo de Dios, o sea Teocracia, ha sido el del Israel veterotestamentario.

O sea, confundir Realeza Social con teocracia es tanto o más absurdo que confundirlo con un gobierno del clero.
11/12/25 4:36 PM
Yoca
Recemos diariamente el Santo Rosario por el Triunfo Victorioso del Reinado del SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS y del INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA, en todos los pueblos y naciones del mundo entero.
Recordemos que a cada proyecto le antecede la oración. Cuanto más grande sea el proyecto, tanto más será la oración.
¡VIVA JESUCRISTO REY DEL UNIVERSO!.
¡VIVA LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA!.
11/12/25 4:42 PM
Gabriel Zanotti
Ni una sola mención a las numerosas veces que Benedicto XVI distinguió entre laicismo y laicidad. Ni que hablar a sus escritos como teólogo al respecto, ni tampoco una sola mención a los tomos VII-1 y 2 de sus obras completas donde analiza el tema del Vaticano II. Benedicto XVI, el pontífice odiado por los teólogos de la liberación, pero también cuidadosamente silenciado por los católicos que aún quieren vivir en 1864.
11/12/25 6:37 PM
JSP
2. Este Concilio Vaticano declara que la persona humana tiene derecho a la libertad religiosa. Esta libertad consiste en que todos los hombres han de estar inmunes de coacción, tanto por parte de individuos como de grupos sociales y de cualquier potestad humana, y esto de tal manera que, en materia religiosa, ni se obligue a nadie a obrar contra su conciencia, ni se le impida que actúe conforme a ella en privado y en público, sólo o asociado con otros, dentro de los límites debidos. Declara, además, que el derecho a la libertad religiosa está realmente fundado en la dignidad misma de la persona humana, tal como se la conoce por la palabra revelada de Dios y por la misma razón natural . Este derecho de la persona humana a la libertad religiosa ha de ser reconocido en el ordenamiento jurídico de la sociedad, de tal manera que llegue a convertirse en un derecho civil.
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¿El pueblo sabe que su dignidad depende ahora del Estado?
11/12/25 8:21 PM
Ignacio María
Con todo el respeto a los editores, creo que es más interesante la obra clásica del tradicionalista Sardá y Salvany: "El liberalismo es pecado". Propiamente, según la doctrina de la Iglesia más segura al respecto, como la de Pío IX o San Pío X, no hay avenencia posible con el liberalismo y la democracia.
11/12/25 8:46 PM
JSP
1. Hay que tener claro que participar de cualquier forma en que un católico pueda ser cómplice del Liberalismo eclesial y/o civil = Cristo no Rey = Fin de la Ley eterna, natural y moral, es pecado grave.
2. Esto es, la afiliación a un partido liberal (Masónico, Socialismo, Comunismo = a favor del divorcio, aborto, eutanasia, ideología género, etc.) es pecado grave.
3. Mostrar simpatías públicas por partidos liberales = pecado grave.
4. Votar a candidatos liberales = pecado grave.
11/12/25 9:30 PM
Ada, aka Sonia S
Hola, (de nuevo)

a ver si lo entiendo; a quienes aluden al reinado social de Cristo. Concepto (o su interpretación) yo la veo dual, es decir:

1 --> interpretación literal, como poder político directo y al uso (y en estos últimos tiempos, más bien mal uso).

2 ---> entendido como reinado de forma espiritual, moral, cultural y no como dominio político.

Me parece advertir en el entrevistado la comprensión de esta segunda perspectiva; de no ser así, creo que se incurriría en una flagrante contradicción con las propias palabras de Cristo, que en el Evangelio afirma:

"Mi reino no es de este mundo"
Juan 18:36

Gran problemática del encaje de tal teología en el orden político-social. Porque la dificultad es obvia; si el Reino “no es de este mundo” como dice el Evangelio, cómo debe entonces traducirse su influencia en las sociedades sin caer en la contradicción, el integrismo o la manipulación?

Como decimos en otras redes, "tensión no resuelta". O de muy difícil resolución. Sé que autores se han preocupado en este tema. Aquí mismo en iC había visto debates, aunque (para mí) nunca concluyentes.

Saludo,
11/12/25 11:46 PM
JSP
1. No tergiversemos, pues es "Mi reino no es de este mundo, por ahora". ¿Por qué se olvida el "por ahora"? Juan 18: 33 Pilato entró, pues, de nuevo en el pretorio, llamó a Jesús y le preguntó: “¿Eres Tú el Rey de los judíos?” 34 Jesús respondió: “¿Lo dices tú por ti mismo, o te lo han dicho otros de Mí?” 35 Pilato repuso: “¿Acaso soy judío yo? Es tu nación y los pontífices quienes te han entregado a Mí. ¿Qué has hecho?” 36 Replicó Jesús: “Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mis servidores combatirían a fin de que Yo no fuese entregado a los judíos. Mas ahora mi reino no es de aquí”. 37 Díjole, pues, Pilato: “¿Conque Tú eres rey?” Contestó Jesús: “Tú lo dices: Yo soy rey. Yo para esto nací y para esto vine al mundo, a fin de dar testimonio a la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz”. 38 Pilato le dijo: “¿Qué cosa es verdad?
2. Por tanto, NS Jesucristo es Dios, Hijo del Hombre, Rey, Juez y Sacerdote eterno.
3. Su Iglesia es Su Reinado social que se expande a todo el orbe, a toda acción humana.
4. Sus servidores en Su Iglesia obedecen Su Mandato. Mateo 28: 16 Los once discípulos fueron, pues, a Galilea, al monte donde les había ordenado Jesús. 17 Y al verlo lo adoraron; algunos, sin embargo, dudaron. 18 Y llegándose Jesús les habló, diciendo: “Todo poder me ha sido dado en el cielo y sobre la tierra. 19 Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos bautizandolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
12/12/25 9:01 AM

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