(InfoCatólica) El desapego entre la clase dirigente, la farándula y parte del periodismo y el resto de los franceses crece. La «guerra contra la Navidad» este año que se conmemora el 120º aniversario de la «Ley de 1905», texto fundacional de la laicidad, no ha traído buenas noticias para masones y filomasones.
Un reciente sondeo revela que el 79% de los franceses apoya la presencia de belenes navideños en las dependencias municipales, un resultado que trasciende las divisiones políticas tradicionales y refleja un consenso nacional inesperado en torno a este símbolo navideño.
Un apoyo transversal que supera las barreras ideológicas
Según el sondeo realizado por CSA para CNEWS, el Journal du Dimanche y Europe 1, publicado este domingo 7 de diciembre, la pregunta «¿Está usted a favor o en contra de la presencia de belenes de Navidad en los ayuntamientos franceses?» ha obtenido una respuesta abrumadoramente positiva del 79% de los encuestados.
El resultado es especialmente llamativo por su transversalidad política. Incluso en la izquierda, tradicionalmente más reticente a los símbolos religiosos en el espacio público, el apoyo es mayoritario: La Francia Insumisa registra un 63% de opiniones favorables, el Partido Socialista alcanza el 71%, y los ecologistas, aunque más divididos, muestran un 60% de apoyo. La mayoría presidencial sigue la misma tendencia con un 75% de respuestas favorables, llegando al 68% entre los simpatizantes de Renaissance.
La derecha muestra un respaldo masivo
En el espectro de la derecha, el apoyo se convierte en un auténtico plebiscito. Los simpatizantes de la derecha clásica expresan un 86% de opiniones favorables, mientras que los adherentes de Los Republicanos alcanzan el 88%. En la derecha más identitaria, los electorados del Reagrupamiento Nacional y Reconquista muestran un respaldo del 94%, cifra que se mantiene en el 93% entre los próximos únicamente al Reagrupamiento Nacional.
Un consenso demográfico y social
El análisis demográfico revela que el consenso trasciende también las diferencias de género, edad y categoría socioprofesional. Las mujeres encuestadas (82%) y los hombres (77%) comparten su deseo de ver belenes navideños en los ayuntamientos franceses. Todas las franjas de edad muestran apoyo, desde el 74% entre los mayores de 65 años hasta el 92% en el grupo de 18-24 años.
Por categorías socioprofesionales, el 82% de las CSP+ se muestra favorable, junto al 80% de las CSP- y el 77% de los inactivos. Solo el 20% de los encuestados se declara contrario a la presencia de belenes en los ayuntamientos, mientras que un 1% prefiere no pronunciarse sobre esta cuestión.
El debate entre tradición y laicidad
La cuestión de los belenes navideños en los ayuntamientos resurge cada año al acercarse las fiestas. Mientras algunos defensores recuerdan el carácter cristiano de la Navidad, que celebra la Natividad, los detractores invocan el principio de laicidad en Francia, codificado por la ley del 9 de diciembre de 1905 sobre la separación de las Iglesias y el Estado.
Este texto establece en su artículo 28 que «está prohibido erigir o colocar cualquier signo o emblema religioso en los monumentos públicos o en cualquier emplazamiento público, excepto en los edificios destinados al culto, los terrenos de sepultura en los cementerios, los monumentos funerarios, así como los museos o exposiciones».
Varios electos, como el alcalde de Béziers, Robert Ménard, ya han sido sancionados por instalar un belén navideño en su ayuntamiento.
Un símbolo de continuidad cultural
Lo que revela este sondaje es la ausencia de una verdadera fractura social en torno a este símbolo. Para los cristianos, el belén representa la Encarnación, Dios que se hace niño, popularizado por San Francisco de Asís para que los más sencillos pudieran contemplar el Evangelio. Pero también pertenece al patrimonio cultural francés, presente en los pueblos, las familias, los mercados navideños y los tradicionales santons provenzales.
El belén se percibe como un elemento del paisaje francés que no impone nada, sino que propone una presencia, una dulzura, una proximidad que invita a la paz. Sin él, la Navidad se reduce a un decorado comercial; con él, adquiere un rostro, una familia, un niño que da sentido a la celebración.
Una memoria común que trasciende las creencias
Este consenso revela algo profundo sobre Francia, su memoria cristiana y su identidad cultural. En un mundo inquieto y fragmentado, el belén navideño permanece como un signo de paz que la Francia entera puede reconocer en esta escena de humilde belleza que, año tras año, continúa dando a la Navidad su sentido verdadero.
El sondeo fue realizado los días 4 y 5 de diciembre mediante cuestionario autoadministrado en línea sobre una muestra nacional representativa de 1.010 personas mayores de 18 años, según el método de cuotas.







