(InfoCatólica) La realidad es tozuda, la inmensa mayoría de los católicos están adscritos a esa categoría tan extraña de «católico no-practicante». En la diócesis de Filadelfia son el 83%, unos números similares en muchas diócesis urbanas. El arzobispo ha lanzado una iniciativa fruto de su propia oración personal que ojalá anime a otras diócesis por todo el mundo. Además, siempre los principales beneficiarios de la oración son los propios orantes.
La Archidiócesis de Filadelfia ha puesto en marcha durante este Adviento una campaña de oración dirigida a los católicos bautizados que se han alejado de la vida sacramental de la Iglesia. La iniciativa, conocida como la «Novena de San Andrés por el 83%», busca la reconciliación de este amplio porcentaje de fieles que ya no participan activamente en su fe católica.
Una respuesta pastoral a una realidad preocupante
La Oficina para la Nueva Evangelización de la Archidiócesis lidera esta versión especial de la tradicional Novena navideña de San Andrés, que se desarrolla desde el 30 de noviembre hasta el 24 de diciembre, según relata el diario diocesano. Esta iniciativa forma parte de la campaña más amplia «Confianza y Esperanza» lanzada por el arzobispo Nelson Pérez el pasado 5 de enero, como respuesta a la cruda realidad de que el 83% de los católicos bautizados en la Archidiócesis están alejados de la vida de la Iglesia.
Meghan Cokeley, directora de la Oficina para la Nueva Evangelización, explica que «la novena es una oportunidad para que los católicos practicantes recen intencionalmente por sus seres queridos que actualmente están desconectados de su fe católica. También es una oportunidad para rezar en comunión con cientos de católicos que comparten el mismo deseo sincero del «regreso a casa» de sus seres queridos».
El origen de la iniciativa
La idea de esta novena surgió durante un momento de adoración eucarística, según relata Cokeley: «No la estaba buscando y me llenó de mucha alegría, así que pensé que tal vez era Jesús quien estaba pidiendo esto». La directora subraya que más de 400 personas ya se han inscrito para rezar por sus seres queridos a través de esta campaña de novena.
La elección del tiempo litúrgico y del santo
Cokeley destaca las razones particulares para dirigir esta oración durante el Adviento: «Primero, el tiempo litúrgico de Adviento lleva consigo una gracia particular para la reconciliación en general. Es un tiempo en el que meditamos sobre el gran gesto de reconciliación de Dios en el que se desposó con la raza humana al hacerse hombre. Podemos aprovechar estas poderosas gracias disponibles durante el Adviento en favor de nuestros seres queridos que actualmente no asisten a misa todos los domingos».
La elección de San Andrés, uno de los doce apóstoles, también tiene su significado especial. «Cuando Jesús llamó por primera vez a Andrés (y a su hermano Pedro), dijo: «Sígueme, y os haré pescadores de hombres», explica Cokeley, citando el Evangelio de San Marcos. «Al unir nuestra oración con el apóstol Andrés, le pedimos que 'vaya a pescar por nuestros seres queridos y los atrape para Jesús'».
Una necesidad pastoral extendida
La directora observa cómo muchos católicos, especialmente durante las fiestas navideñas, experimentan dolor por la relación rota de sus seres queridos con la Iglesia católica. «En mis viajes por la Archidiócesis, a menudo escucho de personas que sufren por sus seres queridos que están alejados de la Iglesia. Siento que es una pena generalizada y compartida por muchos», señala Cokeley.
«Pensé que era importante permitir que las personas nombraran a sus seres queridos para que todos pudiéramos rezar unos con otros por su reconciliación con Dios. Es una forma de compartir la carga juntos», añade.
Cómo participar en la novena
Para quienes deseen participar en esta iniciativa, Cokeley propone los siguientes pasos:
- Inscribirse en el registro oficial, incluyendo, si se desea, las iniciales de los seres queridos por quienes se rezará durante la novena
- Recitar la oración de la novena 15 veces al día (disponible en inglés y español), lo que requiere aproximadamente cinco minutos diarios
- Rezar específicamente por la gracia de la reconciliación para cada persona incluida en la novena
La oración tradicional que se recita es: «Salve y bendita sea la hora y el momento en que el Hijo de Dios nació de la purísima Virgen María, a medianoche, en Belén, en el frío penetrante. En esa hora dígnate, te suplico, oh Dios mío, escuchar mi oración y conceder mis deseos por los méritos de nuestro Salvador Jesucristo y de su bendita Madre. Amén».
Transformación personal a través de la oración
Cokeley enfatiza que esta novena no solo busca la reconciliación de los alejados, sino también la transformación personal de quienes rezan. Citando al Papa León XIV, recuerda que «el tiempo dedicado a la oración es la inversión más fructífera de la vida de uno, porque es allí donde el Señor moldea nuestros sentimientos, purifica nuestros deseos y fortalece nuestra vocación».
La directora subraya que cuando las relaciones están rotas, «el primer lugar al que debemos ir es a la oración», y que «es a través de la oración auténtica que Dios quema nuestro egoísmo, sana nuestras heridas y disuelve nuestro miedo a la vulnerabilidad».
Para aquellos que deseen estar más presentes en las vidas del 83% de católicos alejados, Cokeley invita a «construir relaciones» y a participar en los cursos de Discipulado Misionero que ofrece la Iglesia católica de Filadelfia.







