(InfoCatólica) En la asamblea plenaria de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, celebrada en Baltimore, los prelados norteamericanos han tomado una medida que numerosos católicos pensaban que debía haberse tomado antes: la prohibición de los llamados “cuidados de afirmación de género” en centros pertenecientes a la Iglesia.
Estos “cuidados de afirmación de género” son un eufemismo para las cirugías o “terapias” de cambio de sexo, para ajustarlo al género percibido subjetivamente por el individuo en cuestión, generalmente a través de la castración química o física y la extirpación de miembros.
Aunque ya habían realizado declaraciones en ese sentido, es la primera vez que la prohibición de las cirugías de cambio de sexo en hospitales católicos se convierte en una política oficial de los obispos estadounidenses. Es una medida que contó con una amplia mayoría y que muchos reclamaban desde hacía tiempo, ya que, según informa EWTN, unos ciento cincuenta hospitales católicos realizaban operaciones de cambio de sexo en menores. El número de centros médicos católicos que realizaban estas operaciones en adultos, presumiblemente, debe de ser mayor.
Como fundamento de la prohibición, los obispos indicaron que solo es moralmente permisible extirpar una parte del cuerpo cuando se requiera médicamente porque esa parte está afectada por una enfermedad. Asimismo, citaron el documento vaticano Dignitas Infinita, de 2024, en el que se rechazan los intentos de difuminar la diferencia sexual entre el hombre y la mujer.
La prohibición constituye una aplicación de la moral católica básica, de manera que no debería resultar sorprendente. Sin embargo, resulta llamativo que los obispos solo hayan tomado esta medida a remolque de las medidas del Presidente Trump en esa dirección.
En efecto, hace ya varios meses desde que la Administración Trump comenzó a combatir los procedimientos de cambio de género para menores, considerándolos como abuso infantil. En enero, una orden ejecutiva de Trump cortó el grifo de la financiación pública para hospitales que realizaran operaciones de cambio de sexo en menores de edad. Eso hizo que multitud de hospitales no católicos hayan abandonado esa práctica, especialmente extendida en Norteamérica (según Catholic World Report, entre 2019 y 2023 se realizaron catorce mil “transiciones de género” de menores de edad en el país).
Por supuesto, aún está por ver si la prohibición se quedará en una declaración de cara a la galería o si los obispos harán que se cumpla en los hospitales católicos, sancionando a los que no obedezcan. La experiencia indica que las declaraciones episcopales a menudo se quedan en eso, en meras declaraciones.







