(Divine Box/InfoCatólica) En el pueblo de Montjoyer, en plena región francesa de la Provenza, puede contemplarse la imponente abadía de Aiguebelle, fundada en hace la friolera de nueve siglos. Diecisiete monjes trapenses viven en ella, siguiendo la Regla de San Benito: ora et labora, reza y trabaja.
Historia de la abadía de Aiguebelle
La abadía de Aiguebelle se fundó en 1137. Gracias al apoyo de los nobles vecinos, las tierras de la abadía llegaron a extenderse hasta las faldas del precioso monte Gerbier-de-Jonc. El nombre Aiguebelle deriva del latín aquae bellae, que significa aguas bellas, ya que el monasterio se encuentra en la confluencia de tres arroyos.
Quien hoy visita el tranquilo paraje, difícilmente se imaginará la agitada y dura historia que ha tenido el monasterio a lo largo de los siglos. En particular, este monasterio tuvo que sufrir tres grandes pruebas:
- La Guerra de los Cien Años y la peste negra, que lamentablemente no pasaron de largo por el monasterio y causaron numerosas muertes y penalidades. Durante aquella época, las vocaciones se hicieron cada vez más escasas y apenas podían llevarse a cabo las labores agrícolas, esenciales para la abadía.
- La época de los abades comendatarios, un sistema introducido en 1515. Los abades ya no eran nombrados por los propios monjes, sino por el rey. En consecuencia, los abades percibían las rentas del monasterio, pero ni siquiera vivían en él, junto con la comunidad. Este sistema produjo, naturalmente, grandes abusos.
- La Revolución Francesa, tras la cual los monjes fueron obligados a dispersarse y el monasterio fue saqueado y finalmente vendido por el Estado.

Unos años después de la Revolución y tras las guerras napoleónicas, en 1815, los monjes regresaron desde Suiza a la abadía de Aiguebelle y comenzó un período de prosperidad para la comunidad. Las vocaciones florecieron y, en 1820, la abadía tenía 233 monjes. Gracias a ello, se fundaron numerosos nuevos monasterios, por ejemplo en Lión, Tolosa, Ardeche e incluso el Camerún.
Uno de esos monasterios “hijos” de la abadía fue el de Nuestra Señora del Atlas, ubicado en Tibhirine, en Argelia. Fue fundado en 1938, cuando Argelia aún era un departamento francés. Tras la independencia, sin embargo, la inseguridad fue creciendo y, en 1996, en plena guerra civil argelina, siete monjes trapenses de Tibhirine sufrieron el martirio. Uno de ellos había hecho su noviciado en Aiguebelle y una pequeña capilla recuerda su sacrificio. Actualmente, el monasterio se encuentra en Midelt, en Marruecos.
La vida actual de los monjes
Hoy en día, la comunidad de Aiguebelle cuenta con diecisiete hermanos trapenses, dedicados a la oración y al trabajo según el ejemplo de San Benito. Tienen siete oficios monásticos al día, el primero a las cuatro de la mañana.
Los trapenses o monjes de la Orden Cisterciense de la Estricta Observancia (OCSO) siguen una reforma monástica de la orden cisterciense que data del siglo XVII. En el periodo inmediatamente anterior, muchos monasterios cistercienses se habían relajado y habían comenzado a llevar una vida menos austera, de modo que varias abadías decidieron abrazar de nuevo el rigor de los antiguos cistercienses. La principal de estas abadías fue la de Nuestra Señora de la Trapa, en Francia, de la que recibirían su nombre popular los monjes de la estricta observancia.
Entre otras cosas, los trapenses valoran de forma especial que cada monje trabaje con sus propias manos. Como dicen los propios monjes de Aiguebelle, resulta preferible que “el trabajo manual sea simple, para que pueda unirse a la oración interior”. La regla de San Benito establece que los monjes serán verdaderamente monjes si viven del trabajo de sus manos (cap. 48). En efecto, según la tradición cisterciense el trabajo da a los monjes la ocasión de participar en la obra divina de la creación y de la redención, así como de seguir a Jesucristo.
Productos de la abadía
Para su sustento, los monjes de Aiguebelle elaboran diversos productos en su taller, con materias primas naturales que proceden en su mayor parte de los terrenos de la abadía. Entre ellos hay dos especialmente apreciados por los habitantes de los alrededores: el bálsamo y Alexion.
El bálsamo de Aiguebelle es un bálsamo de masaje reparador elaborado con cera de abeja y aceites esenciales, como una forma suave de medicina herbal. Se puede usar como remedio para lesiones leves, irritaciones de la piel y dolores musculares. Para algunos, este bálsamo de Aiguebelle es poco menos que milagroso.
También está Alexion, una bebida energizante sin alcohol, elaborada con 52 plantas, que revigoriza cuando uno se siente cansado. El nombre del producto está inspirado en el hermano Alexis, que fue quien creó la receta. Por sus reconocidas propiedades energizantes, hay quien lo llama el “Red Bull monástico". Aunque probablemente sea mucho más saludable, podría añadirse.
Para encontrar productos de Aiguebelle, lo mejor es visitar la propia abadía (Abadía de Aiguebelle, Le Couvent, 26230 Montjoyer, Francia), en un entorno maravilloso en el corazón de la Provenza. Es posible comprar sus productos directamente en la tienda de los monjes y aprovechar la oportunidad para alojarse unos días en la hospedería. A fin de cuentas, uno de los preceptos fundamentales de la regla de San Benito es el de acoger a los huéspedes como si fueran Cristo mismo.
Para aquellos que vivan demasiado lejos, también pueden encontrarse los productos de la abadía de Aiguebelle en la tienda en línea de artículos monásticos de Divine Box.







