(CNA/InfoCatólica) El evento fue organizado por la Embajada de Estados Unidos ante la Santa Sede, la conferencia episcopal estadounidense y el Dicasterio para la Evangelización del Vaticano. El evento formaba parte del Jubileo de la Justicia, dentro del Jubileo de la Esperanza que celebra la Iglesia durante un año.
A primera hora de ese mismo día, Alito, católico, saludó al papa León XIV tras una audiencia con motivo del Jubileo de los Trabajadores de la Justicia en la plaza de San Pedro.
Durante una conversación de una hora por la tarde con monseñor Laurence Spiteri, sacerdote estadounidense y juez jubilado del tribunal de apelaciones del Vaticano para las causas matrimoniales, Alito compartió su perspectiva sobre cómo un sistema legal puede acoger la misericordia.
«La justicia es aquello a lo que todos tienen derecho, es lo que les corresponde… La misericordia es algo que no necesariamente merecemos», dijo Alito. «La reconciliación completa de esas dos cosas, creo, es un misterio que quizá solo podamos percibir de manera tenue en este mundo».
Alito, de 75 años, magistrado de la Corte Suprema de su país desde 2006, afirmó:
«La misericordia debería incorporarse a las leyes… la autoridad de hacer las leyes recae en el Congreso, y el Congreso debería incluir la misericordia cuando promulga leyes».
«La responsabilidad del poder ejecutivo, encabezado por el presidente, es hacer cumplir la ley», añadió. «Pero la aplicación de la ley implica a menudo un cierto margen de discrecionalidad, y quien tiene la discrecionalidad de aplicar la ley debería hacerlo con misericordia. Los jueces tienen que seguir la ley. A veces la ley está formulada de tal modo que permite al juez ejercer misericordia», por ejemplo, en la imposición de penas en causas penales.
«Un sistema legal, por supuesto, debe promover la justicia, y en términos humanos, reconciliar plenamente misericordia y justicia es probablemente imposible. Creo que probablemente solo Dios pueda hacerlo», dijo.
Entre el público de la intervención de Alito figuraba el cardenal Raymond Burke, prefecto emérito del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica, y monseñor Juan Ignacio Arrieta, secretario del Dicasterio vaticano para los Textos Legislativos.
También asistieron abogados católicos en peregrinación a Roma con motivo del Jubileo de la Justicia, en un encuentro celebrado en una sala de la Cancillería, un edificio del siglo XVI en el centro de Roma que alberga los tres tribunales de la Santa Sede: la Penitenciaría Apostólica, la Signatura Apostólica y la Rota Romana.






