(SIC/InfoCatólica) Los obispos del país, a través de Ayuda a la Iglesia Necesitada, señalan que una semana del terremoto miles de haitianos están buscando rehacer su vida en otros lugares del país, donde han comenzado a ser acogidos por familiares y amigos. Sin embargo, la llegada masiva de víctimas del seísmo ha provocado un incremento significativo en la actividad de las instituciones socio-caritativas de la Iglesia en las diócesis periféricas a la capital.
Monseñor Chibly Langlois, señala que se está produciendo una “huida masiva de la capital a causa de la situación caótica que se vive. Los malos olores que se extienden por toda la ciudad, el hambre, la sed y la inseguridad empujan a la gente a buscar familiares y amigos que puedan acogerles en otras provincias. Llaman a nuestra puerta para pedir todo tipo de ayuda. Aquí, en Fort Liberté, vamos a tener que ofrecer ayuda humanitaria para atender a las familias que acogen a parientes, a las familias que han perdió todo en Puerto Príncipe”.
Ayuda a la Iglesia Necesitada, en coordinación con la Nunciatura Apostólica en Haití y con los obispos del país, ha comenzado la evaluación de los daños causados a las infraestructuras eclesiales de Puerto Príncipe. Además de la Catedral de Nuestra Señora, completamente destruida, han sufrido daños severos en su estructura templos como la iglesias del Sagrado Corazón, San Luis, Santa Ana, San José o San Martín, además del Seminario Mayor, la residencia de los PP. Montfortianos, una casa para retiros de las Hijas de la Sabiduría o las instalaciones de Radiotelevisión Soleil.