(Alba Sánchez/LNE/InfoCatólica) Juan José Tuñón Escalada (Pola de Lena, 1956) lleva casi año y medio como abad del santuario de Covadonga. Estudió en el Seminario de Oviedo y se licenció en Geografía e Historia en la capital asturiana; además, cuenta con una licenciatura y un doctorado en Historia de la Iglesia por la Universidad Gregoriana de Roma, y obtuvo una diplomatura en Archivística, Paleografía y Diplomática en el Archivo Vaticano. Entre otros cargos, es presidente de la comisión diocesana de patrimonio, miembro del Consejo de Patrimonio del Principado, del Real Instituto de Estudios Asturianos y del Foro Jovellanos.
-¿Qué balance hace de su labor en Covadonga?
-Positivo, teniendo en cuenta que fue un año especial en la diócesis a la espera del nuevo arzobispo. Llegué con gran ilusión y con gran agrado por la buena acogida entre mis compañeros. Este año me ha servido de toma de contacto, además de para ver, escuchar, valorar y compartir con los canónigos las tareas.
-¿Qué proyectos hay para el real sitio?
-La significación histórica, de espiritualidad y religiosa que tiene Covadonga es muy importante. Los santuarios en este momento de la historia están adquiriendo un protagonismo mayor, tienen un papel que desempeñar en una sociedad plural que cuenta con procesos de descristianización. Covadonga tiene grandes posibilidades: está la significación de la figura de la Virgen, dentro del espíritu mariano; está la casa de ejercicios, lugar de silencio, paz, recogimiento, oración. También está una serie de albergues donde diferentes grupos vienen a reflexionar, a vivir una experiencia. Además, Covadonga posee un museo que reúne las condiciones adecuadas para albergar un museo del patrimonio religioso asturiano y museo diocesano. Se trabaja para reunir la documentación de los textos relativos a Covadonga repartidos fuera de Asturias para poder completar el archivo; aparte de la biblioteca que ya hay de documentos religiosos e históricos más importante de Asturias y de España.
-¿Cómo ve las nuevas obras para el santuario como la senda de Muñigo o el funicular?
-Todo lo que sea cuidar las comunicaciones y facilitar los accesos a Covadonga es positivo, siempre teniendo en cuenta que esto es un santuario y que tiene un lenguaje propio de recogimiento, silencio y de oración.
-¿Satisfechos con el plan de acceso a los Lagos?
-Para el turismo es positivo, pero ciertamente hay que armonizarlo lo más posible con lo que significa Covadonga. Entre todos tenemos que hacer un esfuerzo para adaptarlo al creciente número de visitantes.
-¿Qué opinión le merece el nuevo arzobispo, Jesús Sanz Montes?
-Muy positiva. La sensación que me dio es de un hombre sencillo que viene con buena disposición. Me transmite la sensación del pastor de acoger, servir, comprender, animar y confortar.
-El tirón de Covadonga se mantiene.
-Covadonga siempre estará ahí. Es el destino permanente con más arraigo de los asturianos. Es creciente el número de visitantes, tanto de aquí como de fuera. Todo el mundo siente la necesidad de venir y volver, ya sea por motivos religiosos o no. En alguna ocasión me comentan "a misa no voy, pero a ver a la Santina no puedo faltar".
-¿Echa de menos sus parroquias?
-Es un recuerdo grato de muchos años. La labor de las parroquias es discreta y Covadonga es una realidad de proyección distinta. Muchas veces me siento como un párroco.
-¿Echa de menos ser maestro?
-Creo que la labor de educador está en el sacerdote también. Recuerdo muy bien mis años de profesor en Avilés, Pravia, y muchas veces me siento así cuando veo a ex alumnos que me dicen "adiós, profe".
-La ley del aborto, la de memoria histórica... Son textos muy criticados por la Iglesia.
-La doctrina de la Iglesia sobre el tema de la vida es un valor incuestionable, en este tema debemos ser escuchados y los creyentes han de meditar. La vida está por encima de todos los credos. Hay determinados temas que generan crispación, y lo que provoca crispación nunca es bueno para la sociedad.
-Seis artículos en revistas, un libro publicado... ¿Algo en cartera?
-La presencia de la Iglesia y los sacerdotes en todos los ámbitos de la cultura y sociales es necesaria. Mi último artículo fue el de investidura como patrono en el Foro Jovellanos y ahora trabajo en un aspecto sobre la espiritualidad en el siglo XVIII, sobre unas corrientes que se desarrollaron en Europa con incidencia en Asturias que pronto se publicará. También estoy trabajando sobre uno de los períodos menos conocidos de Covadonga, desde la Baja Edad Media, y comprender por qué las obras en el real sitio se convierten en un gran proyecto para la Iglesia asturiana.
