Cardenal Koch: «las Iglesias orientales sólo querían hablar de 'Fiducia supplicans'»
Cardenal Koch | © Captura de entrevista en Youtube de marzo de 2025

Liturgia tradicional: «Sin duda, sería deseable volver a abrir la puerta ahora cerrada»

Cardenal Koch: «las Iglesias orientales sólo querían hablar de 'Fiducia supplicans'»

El Prefecto del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos aborda las relaciones con las Iglesias ortodoxas, el impacto de «Fiducia Supplicans» y las perspectivas de unidad cristiana.

(kath.net/InfoCatólica) «Tenemos mucho en común con los ortodoxos orientales y las Iglesias ortodoxas en cuanto a la fe y la comprensión de la Iglesia. La cuestión central es la del ministerio petrino», afirma el Cardenal Kurt Koch en una extensa entrevista con Michael Hesemann para kath.net donde analiza el estado actual del ecumenismo y sus perspectivas bajo el pontificado del Papa León XIV.

El legado ecuménico de Francisco y las expectativas con León XIV

El Cardenal Koch destaca dos aspectos fundamentales del pontificado de Francisco en materia ecuménica. Por un lado, «sus encuentros directos con representantes de otras Iglesias» siguiendo la triple fórmula: «caminar juntos, rezar juntos, trabajar juntos». Por otro, el concepto de «ecumenismo de sangre», término que Francisco acuñó siguiendo a Juan Pablo II.

«La convicción subyacente es que hoy hay muchos mártires y que todas las iglesias cristianas tienen sus mártires. Los cristianos no son perseguidos por ser católicos, ortodoxos o protestantes, sino por ser cristianos. La sangre de los mártires nos une, no nos divide», explica Koch.

El Prefecto recuerda una anécdota significativa: «Una vez [Francisco] me dijo con humor, pero con seriedad: '¿No crees que los perseguidores de los cristianos tienen una visión ecuménica mejor que la nuestra? Porque saben que somos uno'».

Respecto al nuevo pontífice, Koch afirma que León XIV tiene «una relación íntima con el mundo oriental», algo que quedó patente en su discurso a las Iglesias católicas orientales. «Se puede decir que es amigo de la Ortodoxia», confirma.

El impacto de «Fiducia Supplicans» en el diálogo ecuménico

La publicación del documento sobre bendiciones a parejas en situaciones irregulares generó tensiones en el diálogo con las Iglesias orientales. Koch reconoce que «se trata de una situación difícil» que ha obligado a replantear encuentros ecuménicos.

«En la asamblea plenaria de enero, el plan era hablar de María y de la devoción mariana. Sin embargo, las Iglesias orientales sólo querían hablar de 'Fiducia supplicans'», explica el cardenal, quien añade que el Cardenal Fernández viajó posteriormente a El Cairo para dialogar directamente con el Patriarca copto.

Koch señala que también hubo «grandes reservas por parte de los católicos, especialmente de los obispos africanos», quienes ven el documento «no sólo con respecto a las relaciones homosexuales, sino que también piensan en otras relaciones no canónicas, especialmente la poligamia».

El «Gran Cisma» y el camino hacia la unidad

Sobre la separación histórica entre Oriente y Occidente, Koch matiza que «las excomuniones de 1054 no fueron excomuniones de las Iglesias» sino entre personas concretas. «El cardenal Humberto de Silva Candida excomulgó al patriarca Miguel y el patriarca excomulgó al cardenal. Según la creencia católica, las excomuniones terminan con la muerte de la persona afectada».

Para superar el distanciamiento, el cardenal subraya la importancia del «diálogo de amor» y el conocimiento mutuo, especialmente a través de la liturgia: «Es una ley básica de la psicología del aprendizaje que no se pueden superar las emociones sólo con información, por muy buena que ésta sea. Lo que se necesita es una experiencia emocional positiva».

Respecto a la posibilidad de una fecha común para la Pascua, Koch recuerda que «el Concilio Vaticano II ya declaró en un apéndice de la constitución litúrgica 'Sacrosanctum Concilium' que la Iglesia católica está abierta a esta cuestión». Sin embargo, advierte: «Mi principal preocupación es que busquemos una fecha común, pero no causemos nuevas divisiones en las iglesias individuales y en la comunidad ecuménica».

Sinodalidad y primacía: claves para el entendimiento

El cardenal explica que la sinodalidad no se opone a la jerarquía: «No hay sinodalidad sin primacía ni primacía sin sinodalidad». Citando a San Agustín, recuerda la frase: «Con vosotros soy cristiano, por vosotros soy obispo», que refleja la tensión entre «ser con vosotros» por el bautismo y «ser para vosotros» por la consagración.

Koch aclara que este concepto difiere del «modo sinodal» alemán, pues «la sinodalidad no es parlamentarismo». El prototipo de la sinodalidad, afirma, «es el Espíritu Santo».

En cuanto al diálogo con las Iglesias ortodoxas, el punto central es el ministerio petrino. «Los ortodoxos reconocen una jerarquía de sedes episcopales en la que Roma ocupa el primer lugar. La cuestión abierta, sin embargo, es qué poderes tiene el Obispo de Roma: ¿se trata de una mera primacía de honor o lleva asociados ciertos deberes y derechos?».

El cardenal menciona que en 2023 el Dicasterio publicó un documento sobre este tema que fue enviado a todas las Iglesias cristianas, y que una vez recibidas las respuestas, «elaboraremos una síntesis y discutiremos con el Papa León cómo podemos proceder».

Liturgia tradicional: esperanza de apertura

Preguntado sobre la posibilidad de que León XIV sea más abierto hacia la liturgia tradicional que su predecesor, Koch responde con cautela: «No he hablado de ello con el Papa León y no quiero crear falsas esperanzas».

Sin embargo, añade: «Personalmente, me alegraría si pudiéramos encontrar un buen camino. El Papa Benedicto XVI ha mostrado un camino útil al estar convencido de que no se puede prohibir sin más algo que se practica desde hace siglos. Eso me convenció. El Papa Francisco ha elegido un camino muy restrictivo a este respecto. Sin duda, sería deseable volver a abrir la puerta ahora cerrada».

Entrevista completa

Michael Hesemann: Eminencia, los dos primeros encuentros del Papa León con el jefe honorario de la Ortodoxia, el Patriarca de Constantinopla, Bartolomé I, y la prevista visita papal a Turquía para conmemorar el 1700 aniversario del Concilio de Nicea, están volviendo a poner de actualidad el ecumenismo, el diálogo y la reconciliación con las iglesias de Oriente. Pero antes de llegar al Papa León, echemos la vista atrás al último pontificado, el Papa Francisco. ¿Qué ha aportado su pontificado al ecumenismo? ¿Cómo se ha avanzado en cuestiones ecuménicas?

Cardenal Koch: Merece la pena destacar dos aspectos del Papa Francisco. En primer lugar, sus encuentros directos con representantes de otras Iglesias. Siempre utilizó la triple fórmula: «caminar juntos, rezar juntos, trabajar juntos». Esto era una prioridad para él, al igual que las relaciones amistosas con otras iglesias cristianas.

En segundo lugar, está el llamado «ecumenismo de sangre», término que acuñó siguiendo al Papa Juan Pablo II. La convicción subyacente es que hoy hay muchos mártires y que todas las iglesias cristianas tienen sus mártires. Los cristianos no son perseguidos por ser católicos, ortodoxos o protestantes, sino por ser cristianos. La sangre de los mártires nos une, no nos divide.

El Papa Francisco ha hecho mucho hincapié en esto. Una vez me dijo con humor, pero con seriedad: «¿No crees que los perseguidores de los cristianos tienen una visión ecuménica mejor que la nuestra? Porque saben que somos uno». Creo que eso era muy importante para él.

Hesemann: El ecumenismo llegó tan lejos que, por ejemplo, el Papa copto Tawadros mantuvo una audiencia con el Papa Francisco en la Plaza de San Pedro. Sin embargo, el documento «Fiducia supplicans» fue un pequeño paso atrás. ¿Cómo lo valora? ¿Qué puede significar para el nuevo pontificado? ¿Es necesario relativizar «Fiducia supplicans» o cómo superar este obstáculo?

Cardenal Koch: En efecto, se trata de una situación difícil. El año pasado pudimos echar la vista atrás a 20 años de diálogo ecuménico con las Iglesias ortodoxas orientales. En la asamblea plenaria de enero, el plan era hablar de María y de la devoción mariana. Sin embargo, las Iglesias orientales sólo querían hablar de la «Fiducia supplicans». Intenté invitar al cardenal Fernández, pero no fue posible debido a la reunión plenaria de su dicasterio. Más tarde viajó a El Cairo y habló con el Patriarca en persona. Decidimos entonces celebrar reuniones separadas a principios de este año: los católicos y los orientales entre sí. Ahora estoy esperando los informes con la esperanza de poder reanudar el diálogo.

En cuanto a «Fiducia supplicans», el dicasterio es responsable de la Doctrina de la Fe. También hubo grandes reservas por parte de los católicos, especialmente de los obispos africanos. Ellos ven « Fiducia supplicans» no sólo con respecto a las relaciones homosexuales, sino que también piensan en otras relaciones no canónicas, especialmente la poligamia, que es absolutamente inaceptable para ellos.

Hesemann: Recientemente se celebró en Viena una conferencia para debatir la cuestión del llamado Gran Cisma entre la Ortodoxia y la Iglesia Católica en 1054. ¿Fue un cisma o más bien una profundización del distanciamiento? ¿Qué opina al respecto?

Cardenal Koch: Hay que partir de la base de que las excomuniones de 1054 no fueron excomuniones de las Iglesias. El cardenal Humberto de Silva Candida excomulgó al patriarca Miguel y el patriarca excomulgó al cardenal. Según la creencia católica, las excomuniones terminan con la muerte de la persona afectada. Por tanto, no se trataba de una excomunión de las iglesias como tal. Esto quizá se malinterpretó en 1965, cuando el Papa Pablo VI y el Patriarca Atenágoras consignaron las excomuniones de 1054 «al olvido histórico». En este sentido, no se puede hablar de cisma. Comparto la convicción del profesor Larentzakis de Graz y el Patriarca Bartolomé también lo mencionó en su discurso de bienvenida en Viena.

Hesemann: ¿Cómo se puede superar este distanciamiento?

Cardenal Koch: Conociéndose personalmente, sobre todo allí donde se es más intensamente católico u ortodoxo, es decir, en la liturgia. Es una ley básica de la psicología del aprendizaje que no se pueden superar las emociones sólo con información, por muy buena que ésta sea. Lo que se necesita es una experiencia emocional positiva, sobre todo la constatación de que ambas partes son cristianas y ambas aman a Cristo. Por eso es muy importante el diálogo de amor para conocerse a un nivel más profundo.

Hesemann: En su discurso a las Iglesias orientales, el Papa León subrayó la importancia de la diversidad de liturgias. También existe una cierta diversidad dentro de la tradición católica romana, a saber, la «antigua» misa tridentina y la misa regular postconciliar, el Novus Ordo. Es bien sabido que el Papa Francisco no es amigo de la antigua Misa Tridentina y la ha restringido severamente. ¿Cree usted que el Papa León volverá a ser más abierto en este sentido y podría implicar más a los seguidores de la liturgia tradicional?

Cardenal Koch: No he hablado de ello con el Papa León y no quiero crear falsas esperanzas. Personalmente, me alegraría si pudiéramos encontrar un buen camino. El Papa Benedicto XVI ha mostrado un camino útil al estar convencido de que no se puede prohibir sin más algo que se practica desde hace siglos. Eso me convenció. El Papa Francisco ha elegido un camino muy restrictivo a este respecto. Sin duda, sería deseable volver a abrir la puerta ahora cerrada.

Hesemann: En 2025, además del aniversario de Nicea, habrá otro signo importante: la Pascua común, que solo se celebra cada pocos años. El Papa Francisco ha dicho varias veces que se imagina un avance hacia una fecha común para la Pascua. ¿Cree que el Papa León irá más lejos en esta dirección? ¿Cuál es su opinión personal al respecto?

Cardenal Koch: El Concilio Vaticano II ya declaró en un apéndice de la constitución litúrgica «Sacrosanctum Concilium» que la Iglesia católica está abierta a esta cuestión y aceptaría una decisión si todas las demás iglesias cristianas están de acuerdo. El Papa Francisco ha llevado esta posición más lejos y el Papa León XIV ya se ha expresado en esta dirección. Mi principal preocupación es que busquemos una fecha común, pero no causemos nuevas divisiones en las iglesias individuales y en la comunidad ecuménica. Sería deseable e importante encontrar una fecha común para la Pascua, pero sólo si no provoca nuevas divisiones.

Hesemann: El Papa León ya habló de sinodalidad en su primer discurso en la logia de la basílica de San Pedro, un término que conocemos bien de las iglesias ortodoxas. Los alemanes lo asocian con su «vía sinodal», que ciertamente no es lo que quería decir el Papa León. ¿Puede explicar a nuestros lectores la diferencia entre la sinodalidad tal como la entiende el Papa León y el «modo sinodal» de los obispos alemanes?

Cardenal Koch: El propio Papa León dio la clave en su discurso cuando dijo que él era discípulo de San Agustín, es decir, agustino. San Agustín utilizó las útiles palabras en su ordenación episcopal: «Con vosotros soy cristiano, por vosotros soy obispo». Todo el concepto de sinodalidad reside en esta tensión entre «ser con vosotros» por el bautismo y «ser para vosotros» por la consagración.

La sinodalidad no es una contradicción con la jerarquía, sino que ambas son mutuamente dependientes. No hay sinodalidad sin primacía ni primacía sin sinodalidad. El Papa Francisco siempre ha subrayado que la sinodalidad no es parlamentarismo. El prototipo de la sinodalidad es el Espíritu Santo. El Papa León también continuará en esta línea. En su discurso de , también dejó claro que lo que más le preocupa es una Iglesia misionera y, por tanto, sinodal. Porque la sinodalidad está al servicio de la misión.

Hesemann: ¿Describiría al Papa León XIV como amigo de la Ortodoxia?

Cardenal Koch: Sí, se puede decir así. Esto también quedó patente en su discurso a las Iglesias católicas orientales. Él tiene una relación íntima con el mundo oriental. Lo que dijo sobre las Iglesias católicas orientales también se aplica de manera similar a las Iglesias ortodoxas orientales.

Hesemann: ¿En qué punto nos encontramos en el camino hacia la comunión con las diversas Iglesias ortodoxas? En algunos casos, como en Armenia, ya ha habido experiencias correspondientes. ¿Cuál es la situación actual?

Cardenal Koch: Tenemos mucho en común con los ortodoxos orientales y las iglesias ortodoxas en cuanto a la fe y la comprensión de la Iglesia. La cuestión central es la del ministerio petrino. Aquí también hay un buen punto de partida, ya que los ortodoxos reconocen una jerarquía de sedes episcopales en la que Roma ocupa el primer lugar. La cuestión abierta, sin embargo, es qué poderes tiene el Obispo de Roma: ¿se trata de una mera primacía de honor o lleva asociados ciertos deberes y derechos? En 1995, el Papa Juan Pablo II invitó a todas las Iglesias cristianas a encontrar una práctica común de la primacía para que el oficio petrino deje de ser un obstáculo y se convierta en una ayuda en el camino hacia la unidad. El año pasado, nuestro dicasterio publicó un documento sobre este tema, que fue enviado a todas las Iglesias cristianas. En cuanto recibamos las respuestas, elaboraremos una síntesis y discutiremos con el Papa León cómo podemos proceder.

Hesemann: Los ortodoxos tampoco están siempre de acuerdo entre sí, por ejemplo en lo que se refiere a la primacía del honor. ¿Cómo afecta esto al diálogo con Roma?

Cardenal Koch: En efecto, se trata de un problema importante. Mientras buscamos la unidad con los ortodoxos, surgen nuevas divisiones dentro de la Ortodoxia, por ejemplo con respecto a la declaración de autocefalia de la Iglesia Ortodoxa en Ucrania. Esta cuestión es controvertida en el seno de la Iglesia Ortodoxa. Sin embargo, es crucial para nuestro diálogo ecuménico que lo llevemos a cabo junto con todas las Iglesias ortodoxas canónicas, como desean las propias Iglesias ortodoxas.

Hesemann: ¿Cómo ve las posibilidades de que Roma actúe como mediadora en las divisiones de la Ortodoxia?

Cardenal Koch: No es fácil. Incluso antes de la guerra en Ucrania, las relaciones entre Moscú y Constantinopla eran difíciles. Con la guerra, la situación se ha vuelto aún más difícil. Roma sólo puede actuar como mediadora si las distintas partes en conflicto lo desean. De momento no parece que sea así.

Hesemann: ¿Y el ecumenismo con los protestantes, especialmente en Alemania?

Cardenal Koch: No mantenemos diálogos a nivel nacional; esa es tarea de las conferencias episcopales. Nuestro diálogo tiene lugar con las confederaciones mundiales, como la Federación Luterana Mundial . El luteranismo en Alemania es un caso especial. Esto se debe a que existe la Iglesia Evangélica Luterana Unida (VELKD), que a su vez es miembro de la EKD. Mientras que la VELKD se basa en la Confessio Augustana, ésta no es uno de los fundamentos confesionales de la EKD. También está el Comité Nacional de la Federación Luterana Mundial. Actualmente estamos iniciando una nueva fase de diálogo con la Federación Luterana Mundial con la esperanza de que leyendo juntos la Confessio Augustana podamos dar nuevos pasos hacia un entendimiento de la Iglesia.

Hesemann: ¡Gracias, Eminencia!

16 comentarios

Francisco Javier
Fiducia Suplicans es solo una ventanita para ir metiendo cosas peores. Parece un documento solo para "bendecir las personas no la relación" aunque las personas no se comprometen a dejar de pecar mas bien es una palmada en la espalda para que sigan con su soberbia y rebelión contra Dios.
6/08/25 8:01 PM
pipo
En otra entrevista de hace unos meses, el cardenal Koch dijo que lo auspiciable sería regresar a un status como el de Summorum Pontificum. Claro que eso lo dijo cuando Francisco todavía estaba vivo, ahora se ve más cauto y dice no haber hablado del tema con León XIV. No me imagino la presión que tiene León en esa materia de la Misa tradicional para que cualquier movida que haga no se vea por parte del francisquismo remanente como una desautorización o ir en contravía del antecesor. Por otro lado, a lo mejor el cardenal Koch ya sabiendo que le quedan pocos días en su cargo se ha animado a hablar más a fondo sobre el problema ese de Fiducia supplicans en las relaciones ecuménicas, allí tiene el grandísimo inconveniente que el padre de esa criatura es uno de esos francisquistas que aludí antes, y no le conviene irse tan de frente contra él teniendo la incertidumbre de si León lo va dejar seguir o lo empacará, como dicen por ahí, de regreso a Argentina.
6/08/25 8:06 PM
Néstor
«las excomuniones de 1054 no fueron excomuniones de las Iglesias» sino entre personas concretas. «El cardenal Humberto de Silva Candida excomulgó al patriarca Miguel y el patriarca excomulgó al cardenal. Según la creencia católica, las excomuniones terminan con la muerte de la persona afectada».

¿Entonces qué fue la excomunión que levantaron Pablo VI y Atenágoras?

El hecho es que hay cisma, no reconocen el Primado del Papa.

Saludos cordiales.
6/08/25 8:59 PM
Néstor
"La cuestión abierta, sin embargo, es qué poderes tiene el Obispo de Roma: ¿se trata de una mera primacía de honor o lleva asociados ciertos deberes y derechos?"

Es una cuestión cerrada desde siempre en la Iglesia, y sobre todo desde el Concilio Vaticano I, que definió el Primado de jurisdicción inmediato del Papa sobre toda la Iglesia.

Saludos cordiales.
6/08/25 9:00 PM
Damaso
La excomunión afectaría también a todos los que pensaban y piensan como esas personas concretas.
6/08/25 10:21 PM
Urbel
Tengo entendido, Néstor, que la fórmula utilizada por Pablo VI fue la de tener por olvidadas las excomuniones de 1054 o apartarlas del recuerdo de la Iglesia.

Porque las excomuniones son penas medicinales que se imponen a los vivos y no pueden levantarse a los muertos.

De acuerdo, en cambio, en que el primado de jurisdicción del sucesor de Pedro, afirmado por la Escritura y la Tradición y definido por el Concilio Vaticano I de modo infalible e irreformable, es una verdad dogmática o cuestión cerrada.
6/08/25 11:59 PM
AJ
Néstor:

La cuestión es que los ortodoxos aceptan una primacía honorífica, una especie de "primero entre iguales" pero niegan la autoridad. Sin embargo, el problema que ellos tienen es que los padres de la Iglesia orientales decían cosas como :

“Todos reconocen que la Santa Iglesia Romana es la base y fundamento de todas las Iglesias del mundo, ya que ha recibido de nuestro Señor mismo, a través del príncipe de los apóstoles Pedro, el poder de atar y desatar.” Maximiliano el confesor

Y así en casi todos los padres de Oriente. El problema es que la autoridad papal en los primeros siglos, no sé ejercía como ahora. Eso no quiere decir que no tenga el Papa autoridad universal. Más bien era como un último tribunal de apelación.

Aunque lo niegue Koch, Francisco ha sido un grave problema para la unidad. No solo por la Fiducia, sino también por su estilo totalitario. Y es que ese es uno de los problemas de la Iglesia: la hipertrofia papal que ha puesto de manifiesto el último Pontificado pero que lleva arrastrando la Iglesia desde hace mucho pero que mucho tiempo

Los obispos se han convertido en empleados de Roma. Y eso para los ortodoxos es inaceptable. Normal, por otro lado. Un minimalismo papal no nos vendría nada mal.

Por cierto, los ortodoxos apreciaban el rito romano tradicional
7/08/25 12:14 AM
Giacomo Arlecchi
Esperábamos que el Papa León eche a Fernandez, suprima fisucia suplicans y respete y vuelva a la doctrina liturgica de Benedicto. Pero parece que el rey de la selva teme ser deborado por las jirafas multicolor...
7/08/25 12:26 AM
Néstor
No creo que el problema de los "ortodoxos" actuales sea el modo en que se ejerce el Primado del Papa y no el Primado mismo,.de jurisdicción, quiero decir, porque el "Primado honorífico" no es católico.

Por otra parte, con una legión de Obispos ortodoxos (de verdad) y bien católicos en todo el mundo, podríamos hablar de cómo moderar el "centralismo romano". En la situación actual, en cambio, no necesitamos más anarquía ni más protestantismo, al contrario, necesitamos que de una vez por todas se oiga fuerte la voz de Roma poniendo las cosas en su lugar.

Eso es lo que toda la Iglesia está esperando precisamente en este momento.

Saludos cordiales.
7/08/25 5:15 AM
Néstor
Si tenemos un Cardenal que dice que la cuestión del Primado del Papa es una cuestión abierta...por favor. Si estaremos necesitados de "centralismo romano".

Lo malo no es el centro, es qué cosa se pone en el centro. Como quedó claro por el pontificado del Papa Francisco.

El episcopalismo no es católico.

Saludos cordiales.
7/08/25 5:19 AM
AJ
Aquí nadie está hablando de episcopalismo, ni protestantismo, ni anarquía. Estamos hablando de que si sale un Papa bueno, pues vale. Pero te sale un Bergoglio y la tienes montada.

Porque en la práctica los obispos no son un contrapoder a Roma. Son empleados del Papa. Hasta se jubilan, imagínese. Y les echan si a Roma le cae mal. Han cambiado la Verdad por la Autoridad.

Si, la ortodonxia tiene un problema con el primado de autoridad. Pero no sé van a acercar a esa postura si la autoridad se ejerce de forma despótica y si se cae en una papolatria en la que no se puede criticar al Papa, se venden souvenirs del Papa, lo que cocina el Papa, la entrevista del Papa, todo lo que dice o decide el Papa es infalible, el último documento, que hacemos con el seminario de no sé qué sitio, que misa se celebra en la catedral de chupipandi a las 9h...

En el s. VIII, nadie sabía cómo era el Papa ni qué decía. Se apelaba a él en cuestiones graves como último tribunal de apelación. Por cierto, volver a dar poder a los obispos tienen cosillas como que no se les pueda echar fácilmente sin ser eso un abuso de autoridad, que no se puedan jubilar... Y acabar con las conferencias episcopales
7/08/25 10:23 AM
Urbel
Muy de acuerdo, AJ.

Puede que la exaltación personalista de los papas comenzara con Pío VI y Pío VII, víctimas de la Revolución y Napoleón. Siguió con Pío IX y sus sucesores hasta Pío XI, prisioneros del Vaticano. En cuanto Pío XII, basta con recordar la película "Pastor Angelicus".

Y llegó al paroxismo con Juan Pablo II: ¡Juan Pablo, segundo, te quiere todo el mundo!

Nada que ver con siglos en que los papas, siempre aconsejados por el reducido número de los cardenales (ahora son casi trescientos y la mayoría casi nunca en Roma), eran desconocidos por los fieles y únicamente se relacionaban con obispos y príncipes.
7/08/25 12:02 PM
Federico
A medida que pase el tiempo y tomemos perspectiva del legado del Papa Francisco, me da la impresión de que la historia será muy dura con él. Las heridas que ha abierto no van a cerrar de un día para otro, y mucho trabajo va a costar reconstruir lo que se ha roto
7/08/25 12:27 PM
John
mas allá de la discusión sobre el primado, si es honorifico o jurisdiccional, no hay incentivos por los cuales los ortodoxos siquiera consideren una hipotética reunificación con roma. por ejemplo, por que los ortodoxos tendrían que aceptar al apostol lgtb james martin en moscu o en otra sede ortodoxa haciendo proselitismo a favor de la homosexualidad, por que los ortodoxos tendrían que soportar que un papa de la mismo estilo de bergoglio saque a patadas de su sede al patriarca de moscu simplemente porque se atreve a condenar las parejas gays y el transexualismo, por que los ortodoxos teniendo su esplendida liturgia tendrían que soportar la liturgia tan cutre que se ha arraigado en la iglesia romana, por que los ortodoxos tendrían que soportar que los apostatas obispos alemanes les den lecciones y que estos con su dinero financien movimientos herejes en sus patriarcados, porque los ortodoxos tendrían que aceptar el esperpento herético fiducia supplicans y a la vez aceptar al trucho fernandez como su superior doctrinal dándoles lecciones teológicas. en fin! por ende por estas y otras razones hay que olvidarse por ahora de reunificaciones que son inviables.
7/08/25 7:44 PM
Ale Mendez
El primado petrino es en, por y para la caridad. No en acciones meramente funcionales o administrativas. Veamos lo que la tradición indica y algunos puntos que no son de ésta ni de la escritura son absolutamente opinionables y reformables.
Lo complejo es creer que algunas acciones pontificias de los últimos siglos son parte de la tradición y no lo fueron ni lo son. No canonicemos puntos jamás canonizados y que pueden (o deben) modificarse para buscar la unidad entre cristianos.
7/08/25 10:01 PM
María de los Ángeles
Mucho interés por el ecumenismo, por lograr la unidad de todos los cristianos cuando dentro de la Iglesia Católica hay una enorme división que no sé cómo el Papa León va a solucionar. Muchos fieles católicos nos preguntamos porqué la Liturgia tradicional es vista con tanto recelo y no se permite celebrarla con total libertad. El Papa podría empezar abordando este tema ...
10/08/25 11:12 AM

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