El primado de la Iglesia, el obispo David Chillingworth, aseguró tras presidir el sínodo que el sexo de los candidatos no ha entrado en los criterios de elección. Sin embargo, destacó que la decisión de ordenar como sacerdotes a las mujeres ha permitido cambiar la percepción de la iglesia sobre la mujer. "En toda profesión en la que empiezan las mujeres inevitablemente es necesario que adquieran experiencia y busquen cómo ascender en la estructura de mando", dijo.
"Ahora estamos siendo testigos de la primera vez que una mujer (...) puede y se merece ser tenida en consideración seriamente para este nivel y estoy seguro de que llegará a no mucho tardar", agregó.
Las mujeres anglicanas ya son obispas en países como Canadá, Estados Unidos o Nueva Zelanda y la iglesia anglicana inglesa ordena a mujeres para el sacerdocio desde 1994.