(Sala Stampa/InfoCatólica) Durante la conversación telefónica, el Santo Padre ha renovado su llamamiento al pleno respeto del Derecho Internacional Humanitario, subrayando la obligación de proteger a los civiles y los lugares sagrados y la prohibición del uso indiscriminado de la fuerza y del traslado forzoso de la población. Dada la dramática situación humanitaria, se ha destacado la urgencia de prestar ayuda a quienes están más expuestos a las consecuencias del conflicto y de permitir la entrada adecuada de la ayuda humanitaria.
Por último, el Santo Padre ha recordado la feliz conmemoración del décimo aniversario del Acuerdo Global entre la Santa Sede y el Estado de Palestina, firmado el 26 de junio de 2015 y que entró en vigor el 2 de enero de 2016.
Idea de Trump
El 4 de febrero de 2025, Donald Trump presentó un plan radical durante una rueda de prensa con Benjamin Netanyahu: Estados Unidos asumiría el control administrativo de Gaza, la “nivelaría”, limpiaría de explosivos y la reconstruiría como una “Riviera del Medio Oriente”. Propuso desplazar a cerca de dos millones de palestinos hacia Egipto, Jordania y otros países, sin descartar el uso de tropas estadounidenses si fuera necesario. Tres días después planteó que el desplazamiento sería permanente, aunque sus asesores matizaron que se trataría de una reubicación temporal mientras Gaza se reconstruía. El 21 de febrero, tras las críticas de estados árabes y organismos internacionales, Trump suavizó su posición diciendo que recomendaría el plan, pero no lo impondría.
Benjamin Netanyahu apoyó desde el primer momento. Ese mismo 4 de febrero elogió la idea como un ejemplo de «pensar fuera de lo convencional» y defendió que permitir a los gazatíes salir voluntariamente no era negativo si se les ofrecía regresar tras la reconstrucción. En julio, durante una reunión en Washington, reiteró que Estados Unidos e Israel estaban en contacto con otros países para acoger a quienes decidieran marcharse, subrayando que sería una elección libre.
El plan recibió un rechazo masivo: Naciones Unidas, varios países árabes y organizaciones de derechos humanos lo han calificado de limpieza étnica y violación del derecho internacional humanitario. A pesar de ello, Trump y Netanyahu lo defienden como una forma de reconstruir Gaza, destruida por Israel, y ofrecer alternativas a los gazatíes.