(Katholisch/InfoCatólica) La Asociación Internacional de Exorcistas (AIE) ha alertado sobre la creciente tendencia a la «invención de supuestas tradiciones con contenidos mágicos y esotéricos» destinadas al turismo. Esta asociación, reconocida oficialmente por la Iglesia, ha observado el auge de «mercados mágicos», eventos de adivinación y festivales de brujas organizados por ayuntamientos y asociaciones culturales en torno a fiestas religiosas, estacionales o cívicas. Según indica la AIE en su sitio web, los medios de comunicación y las redes sociales contribuyen a difundir estas leyendas, lo que, aunque rentable económicamente, distorsiona la verdad histórica.
Como ejemplo concreto, la AIE menciona el pueblo de Calcata, en la región italiana del Lacio, que experimentó un resurgimiento en los años setenta gracias a la llegada de artistas. Hoy en día es conocido por la leyenda del «Borgo delle streghe» (pueblo de las brujas), basada —según la AIE— en relatos infundados sobre supuestas energías esotéricas, antiguos cultos y fenómenos sobrenaturales. Estas afirmaciones aparecen en artículos y folletos turísticos, aunque carecen de base histórica. A pesar de ello, atraen a numerosos visitantes, especialmente durante la celebración de Halloween.
Dimensión moral y pastoral
La AIE subraya que esta tendencia va más allá de un fenómeno cultural y tiene también una dimensión moral y pastoral, que preocupa especialmente a los sacerdotes y exorcistas. Aunque pueda haber buenas intenciones para fomentar la economía local, no se puede justificar que las personas sean inducidas al error mediante contenidos espirituales inventados.
La Asociación Internacional de Exorcistas fue fundada en 1994 y reconocida oficialmente por el Vaticano en 2014. Según sus propios datos, cuenta con alrededor de 900 exorcistas activos y 130 auxiliares. Su fundador fue el P. Gabriele Amorth, fallecido en 2016, cuya vida inspiró la película de ficción «El exorcista del Papa» («The Pope’s Exorcist», 2023).
El exorcismo se entiende como el rito para expulsar fuerzas malignas o espíritus de personas, animales u objetos.