(InfoCatólica) El obispo de Limburgo y presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, Georg Bätzing, ha salido en defensa de Frauke Brosius‑Gersdorf, la jurista candidata al Tribunal Constitucional que ha cuestionado públicamente la dignidad humana antes del nacimiento. En una entrevista con la Augsburger Allgemeine, Bätzing lamentó el «daño» causado a la profesora por la polémica y se negó a sumarse a las críticas de otros prelados.
No hay dignidad humana antes de nacer
Brosius‑Gersdorf había afirmado en un dictamen jurídico y en el Bundestag que existen «buenas razones» para considerar que la garantía plena de la dignidad humana solo se aplica desde el momento del nacimiento. «La suposición de que la dignidad humana existe allí donde hay vida humana es un error biológico‑naturalista», escribió en 2024 en una publicación académica titulada «Menschenwürdegarantie und Lebensrecht für das Ungeborene – Reformbedarf beim Schwangerschaftsabbruch». También sostuvo que la dignidad humana y la protección de la vida son «conceptos jurídicamente desvinculados».
Estas declaraciones generaron un fuerte rechazo por parte de obispos como Rudolf Voderholzer, Stefan Oster y, en un primer momento, Herwig Gössl. Este último, sin embargo, se retractó posteriormente alegando haber estado «mal informado» tras conversar con la propia jurista. Mientras tanto, tanto el cardenal Reinhard Marx como Bätzing habían optado inicialmente por guardar silencio.
El obispo defiende la ley del aborto
En la entrevista, Bätzing defendió la regulación actual sobre el aborto en Alemania (§ 218a del Código Penal), que permite el aborto en determinadas condiciones sin sanción penal, describiéndola como un «equilibrio inteligente» entre los derechos de la madre y la protección de la vida no nacida. Además, arremetió contra la AfD, acusando al partido de instrumentalizar el debate sobre la protección de la vida en favor de intereses «völkisch» (etnonacionalistas). «No quiero darle a la AfD un foro ni contribuir a la división», afirmó.
No quiere guerra cultural
Bätzing insistió en que la elección de Brosius‑Gersdorf como jueza constitucional es «una cuestión personal que debe resolver la política» y calificó de «Kulturkampf» (guerra cultural) el enfrentamiento suscitado. «No necesitamos esta guerra cultural. Hay demasiados que se benefician de ella», añadió.