(Zenit/InfoCatólica) La comunidad de Radalco, en la región chilena de La Araucanía, enfrenta nuevamente el dolor y la desolación tras un ataque incendiario que arrasó por completo con su capilla católica. El templo, dedicado a San Francisco, estaba emplazado en una zona de difícil acceso perteneciente a la parroquia de San Pedro, y había sido reconstruido en 2023 luego de un incidente similar.
La diócesis de Temuco, en un comunicado, manifestó que «con profundo dolor, un nuevo ataque incendiario arrasó la capilla San Francisco de la localidad de Radalco», una comunidad descrita como formada por «muchos adultos mayores, personas de fe, sencillas y muy solidarias».
El siniestro ocurrió en plena noche y redujo la estructura a escombros y cenizas. La anterior reconstrucción fue impulsada con fuerza por el animador pastoral don Samuel Vallejos, con el respaldo de toda la comunidad.
Monseñor Jorge Concha Cayuqueo, obispo de Temuco, expresó su pesar por el ataque, señalando que «el incendio de la capilla de San Francisco de Radalco es un daño grave a la vida de la comunidad cristiana y a las personas del lugar, porque es un lugar de culto desde muchos años para los católicos y porque también la capilla sirvió de muchas formas a la comunidad toda, independientemente del credo religioso».
Por su parte, el párroco Víctor Núñez subrayó la fortaleza de los fieles de Radalco, a quienes describió como «muy esforzada, que se había unido con esperanza para volver a tener su capilla», y añadió: «confiamos en su fe y su capacidad para mantenerse unidos, con la fuerza de Dios».
La región de La Araucanía ha sido escenario recurrente del llamado «conflicto mapuche», vinculado a disputas por tierras, autonomía indígena y tensiones históricas entre el Estado chileno y comunidades originarias. Este contexto ha generado un clima de violencia que también ha afectado a recintos religiosos.
En su declaración, Mons. Concha hizo un firme llamado a la paz y al respeto mutuo: «Elevamos nuestra voz para rechazar todo acto de violencia que atente contra espacios de fe, de encuentro y de oración. Hacemos un llamado a toda la comunidad diocesana y a las personas de buena voluntad a unirse en oración por nuestros hermanos de Radalco, por la paz en La Araucanía y por el respeto mutuo que nos permita convivir en fraternidad».