(InfoCatólica) El gobierno de Ucrania ha revocado la ciudadanía del metropolitano Onufriy, primado de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana vinculada al Patriarcado de Moscú. La decisión se basa en un informe del Servicio de Seguridad de Ucrania que asegura que Onufriy adquirió voluntariamente la ciudadanía de la Federación Rusa en 2002 sin comunicarlo a las autoridades ucranianas, lo que contraviene la legislación del país.
Además, las autoridades afirman que el metropolitano mantiene estrechos vínculos con el Patriarcado de Moscú y se ha opuesto sistemáticamente a la independencia canónica de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana, apoyando las políticas de la Iglesia Ortodoxa Rusa y de su patriarca, Kirill, quien ha bendecido públicamente la invasión rusa de Ucrania.
Según el comunicado oficial, Onufriy no solo ha conservado la nacionalidad rusa, sino que habría seguido disfrutando de todos los derechos como ciudadano ucraniano mientras mantenía contactos con representantes de la Iglesia rusa que apoyan la agresión militar contra Ucrania.
La revocación de la ciudadanía forma parte de un proceso más amplio en el que las autoridades ucranianas están revisando la situación legal de varios jerarcas religiosos sospechosos de lealtad a Moscú en un contexto de guerra total y creciente hostilidad hacia instituciones percibidas como prorrusas.
Dice que solo tiene pasaporte ucraniano
Por su parte, la Iglesia Ortodoxa Ucraniana niega las acusaciones. El metropolitano Clement, responsable del Departamento Sinodal de Información y Educación de la Iglesia, ha declarado que Onufriy posee únicamente un pasaporte ucraniano y que nunca ha solicitado ni recibido la ciudadanía de otro país. Según Clement, el primado de la Iglesia ha explicado en varias ocasiones que no tiene ningún otro documento de identidad y que cualquier acción emprendida en relación con su estatus se ajustaría estrictamente a la legislación ucraniana.
Onofriy es el jerarca más prominente afectado por esta medida; ya se habían revocado nacionalidades de otros seis clérigos de su Iglesia en 2023
Al perder la ciudadanía, pasa a tener el estatus de extranjero en Ucrania, lo que implica necesidad de permisos de residencia o trabajo, o incluso potencial salida del país. Aunque la deportación de jerarcas de alto rango es poco frecuente, es clara la intención de las autoridades ucranianas de poner fuera de la ley a los ortodoxos que mantienen relaciones eclesiales con el patriarcado de Moscú. De hecho, se están produciendo actos de violencia contra ellos.