(InfoCatólica) La decisión de Lange, veterano político del SPD, ha situado en el centro del debate una práctica tan antigua como polémica. Según explicó en una carta a la obispa luterana Kirsten Fehrs, la acogida de migrantes en templos supone, a su juicio, «un desprecio a las decisiones judiciales y una amenaza para el Estado de derecho».
«Con esta política, la Iglesia, sin pretenderlo, favorece a partidos populistas como Alternativa para Alemania (AfD)», afirmó Lange, quien ocupó el cargo de viceministro de Justicia entre 2013 y 2021.
El asilo eclesiástico: de la Edad Media al siglo XXI
El Kirchenasyl tiene sus raíces en la Edad Media, cuando los templos eran considerados lugares inviolables. Aunque esta práctica fue abolida en muchos países europeos a partir del siglo XVI, en Alemania resurgió en la década de 1980, impulsada por comunidades protestantes y católicas para proteger a solicitantes de asilo en riesgo de deportación a países donde podían sufrir persecución.
En la actualidad, el asilo eclesiástico carece de una base legal explícita en Alemania, aunque las autoridades suelen tolerarlo siempre que se notifique y se justifique como un «caso de extrema dureza».
Cifras en aumento y críticas crecientes
En 2024 se registraron en Alemania 2.386 casos de asilo eclesiástico, según datos oficiales. De ellos, solo uno fue reconocido por la Oficina Federal de Migración y Refugiados (BAMF) como lo suficientemente grave para evitar la deportación. Estas cifras suponen un aumento respecto a años anteriores: en 2020 hubo 1.707 casos y en 2022, 2.027.
El Gobierno federal ha expresado en varias ocasiones su malestar por lo que considera un «vacío legal» y ha endurecido los controles. Algunos fiscales incluso han abierto investigaciones contra párrocos que ofrecían refugio, aunque la mayoría han quedado archivadas.
Labor humanitaria
Por su parte, la iglesia luterana defiende el asilo eclesiástico como un acto de «misericordia y responsabilidad social». «Nuestras comunidades no actúan contra el Estado, sino a favor de la dignidad humana», declaró recientemente el obispo de Berlín, Christian Stäblein.
La Conferencia Episcopal Alemana comparte esta postura y subraya que las parroquias actúan «en última instancia para salvar vidas».
Un debate que divide a la sociedad alemana
La posición de Lange ha sido aplaudida por sectores conservadores y criticada por colectivos eclesiales y organizaciones de derechos humanos. Para la AfD, el caso demuestra que «la Iglesia se ha convertido en un actor político que socava las leyes».
Mientras tanto, el SPD evita pronunciarse de forma oficial sobre la decisión de Lange, aunque algunos de sus miembros han pedido «una regulación clara» que ponga fin a la situación de alegalidad.
Con información de Bild, Die Welt y Berliner Zeitung.