(Katolisch/InfoCatólica) Christian Gärtner, miembro de la Asamblea Sinodal y presidente tanto del Consejo Diocesano de Eichstätt como del Comité Estatal de Católicos en Baviera, ha expresado su esperanza de que el próximo obispo de la diócesis adopte una actitud más constructiva hacia el proceso de reformas promovido por el Camino Sinodal.
En una entrevista con katholisch.de, Gärtner ha valorado como un «primer paso positivo» la reciente consulta del administrador diocesano a los órganos consultivos para elaborar un perfil episcopal, aunque subraya que aún dista del procedimiento planteado en las resoluciones sinodales.
Respecto al obispo Gregor Maria Hanke, cuya renuncia fue aceptada el mes pasado, ha señalado que «expresó en ocasiones críticas justificadas al Camino Sinodal. Pero personalmente no entendí que eso le llevase a decidir no participar en absoluto en la Comisión Sinodal». En contraste, Gärtner desea que el futuro obispo se implique activamente en este proceso junto a la mayoría de los obispos.
Mons. Hanke ha sido uno de los cuatro obispos que, de forma reiterada, se ha opuesto a la creación de un comité sinodal permanente para la Iglesia en Alemania.
Gärtner ha abogado por revisar los concordatos que rigen el nombramiento de obispos, especialmente en Baviera, donde el marco legal actual impide una participación más directa de los laicos. «El Concordato bávaro tiene más de cien años y debería adaptarse a la realidad actual de la Iglesia», ha declarado.
En cuanto a sus primeros cien días al frente del Comité Estatal de Católicos, Gärtner afirma haberse integrado con naturalidad y subraya la importancia de establecer diálogo con los obispos bávaros y con las instituciones políticas. La próxima Asamblea Plenaria de otoño tratará sobre migración e integración, en un contexto en el que, según él, los fieles buscan cada vez más espacios comunes para afrontar los desafíos diocesanos.
Frente a quienes acusan a los órganos laicales de estar cerrados en sí mismos, ha respondido que «la base de nuestro comité está formada por personas con mandato de los consejos parroquiales o diocesanos» y ha planteado la necesidad de representar mejor a las comunidades cuya lengua materna no es el alemán. Concluye subrayando el valor integrador del catolicismo y la necesidad de mayor visibilidad pública para los católicos comprometidos.